¿Se acuerda cómo, desde la Varietè avisábamos que la oposición se manejaba como una bolsa de gatos, y las Alianzas electorales eran sólo eso? Si no se acuerda, fue acá y acá, entre otras. La Varietè no se adjudica ningún mérito por este aviso. Cualquiera con dos dedos de frente sabía que esos rejuntes no duraban.
Bueno, hoy leo en La Nación una nota de Luis Majul (si, yo tampoco me lo banco mucho, pero acá está ok, digamos). El artículo está empapado de la línea editorial de la Tribuna de Doctrina, que castiga a la oposición por no articularse para desbaratar electoralmente al armado K.
Más allá de las definiciones que hace Majul, es cierto que las peleas en los diferentes frentes opositores le está haciendo el caldo gordo al gobierno, pero me cuesta creer que eso no haya sido evidente desde antes de las últimas legislativas. Supongo que mucha gente votó a ese armado berretón porque intuyó que así castigaba al gobierno, y tenían razón, quizás. Pero quizás hay algo más.
Me pregunto: ¿le vino bien al kirchnerismo perder las legislativas? Digo ¿Lo obligó a trabajar por una "re-legitimación" que de otro modo no hubiese necesitado? Creo que el primer favor que la oposición le hace al Gobierno es ese: ganarle con un armado dispar, que permita la recuperación entre elecciones. Una recuperación basada en partes iguales por los aciertos del gobierno en ese momento frente al avance timorato de los demás actores políticos.
Y digo esto por los números que Néstor y Cristina tienen hasta hoy, independientemente de lo que pase en 2011.
Reconozco que es un post que abre interrogantes y que puede estar medio incompleto. Pero esa es nuestra idea: empezar el debate, armar batahola (hermosa palabra...)
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