viernes, 18 de abril de 2008

TEM

Les paso un link de una nota brillante que Tomás Eloy Martínez escribió para el diario "El País". Buen finde



http://www.elpais.com/articulo/opinion/tentacion/autoritaria/elpepuopi/20080418elpepiopi_4/Tes

martes, 1 de abril de 2008

De protagonistas

Un vistazo a la historia de los últimos 1500 años (si es que 1500 años pueden apreciarse de un 'vistazo') nos muestra que ciertas entidades fueron ocupando a turnos espacios encumbrados de poder, que luego fueron perdiendo por desgaste o por la aparición de nuevos protagonistas. Si bien hubo varias, me voy a referir a tres: La Iglesia, las Escuelas, y los medios. Cierto es que, en un punto, no son casos comparables. Pero en otro si lo son, creo.

El medioevo fue la hora de la Iglesia. No voy a elaborar demasiado, porque excede mis capacidades, y además es un poco tedioso. Baste decir que los reyes eran elegidos por Dios. Punto. Los tipos tenían un manijón en sus manos.

Las escuelas no reemplazaron a la iglesia. De hecho, muchas iglesias utilizaron (y utilizan) escuelas para hacer lo que antes hacían de manera más directa. Pero es cierto que la escuela como aparato ideológico del estado (relean Althusser) empieza en la Alta Edad Media. El sistema escolar fue y es uno de los aparatos de transmisión de ideología más grossos, justamente por su aparente "objetividad". Los maestros gozaban del respeto inapelable de la sociedad.

Hoy están reducidos a meros asalariados, empleados públicos que son culpables hasta de lo que no les toca. Evidentemente, el sistema está perdiendo su lugar.

Llegamos adonde queríamos llegar: los Medios. Las primeras teorías de los medios nacen para la segunda guerra, y desde ahí el boom. Todo el mundo quería opinar, todo el mundo sabía algo. La tele no hizo más que empeorar lo que los diarios y la radio habían comenzado.

A partir de ahi, los medios empezaron a ocupar lugares impensados. Se transformaron en jueces, policías, investigadores, amas de casa, médicos. Inclusive empezaron a fomentar, simplemente por su soporte, nuevas formas cognositivas, que involucran nuevas funciones cerebrales. Muy grosso.

Todo este desprolijo e inexacto relato viene a cuento de la siguiente pregunta: ¿llegará el día en que los medios corramos la misma suerte que todos? ¿Acaso seremos villipendiados y minusvalorizados como fueron otros, independientemente de lo válido que estos insultos puedan ser?

Temo, porque soy parte de los medios, que la respuesta es si. Creo saludable que así sea. Pero no me alcanza para decir cuando.

Espero que no entiendan que este post es corto y superficial, porque se que lo es. Pero en lugar de elaborar una tesis, les dejo una inquietud.