martes, 30 de agosto de 2016

Violencia

Familiares sufrieron recientemente un robo en un país Latinoamericano que no es Argentina ¿Qué familiares? ¿Qué país? ¿Qué les robaron? No viene al caso. Si no lo sabe, puede preguntarme por los medios correspondientes. Y si no puede, significa que no tiene necesidad de saberlo.

En 2012 publicamos una nota de las que más orgullo nos provocan acá en la Varietè, que es esta. En ella recorremos cuestiones relativas a la inseguridad: la sensación de inseguridad, que existe; las estadísticas, sus carencias, sus revelaciones; etcétera. Recomiendo que vuelvan a leerla, no porque sea linda, sino porque viene a cuento de lo que sigue.

2016. Muchas cosas han pasado en el continente. No sólo en América Latina sino en todo el continente, en Europa, y en muchos sitios más. Las características de la inseguridad varían regionalmente. Sin embargo, hay un tema común.

Es la violencia.

La violencia es maestra del disfraz. Aparece en muchos contextos, de formas muy diferentes. Violencia es de género. Es racial. Es religiosa. Violencia es verbal. Es económica. Violencia es no tener qué morfar. Es no tener futuro. La violencia cambia nariz, pone peluca, anteojos, y reaparece, en otros contextos. Fíjense que, cualquiera sea el país en el que usted lea esto, algunas "violencias" se aplican, y otras no.

Pero son todas la misma.

Muchos hablan de la seguridad desde la violencia. Para sentirse seguros, muchos proponen medidas drásticas. Violentas. "Cortar por lo sano". Pocos recuerdan que la violencia tiene una asombrosa capacidad para reproducirse a sí misma. Y que, cuando unos tratan con violencia, no hacen más que garantizar que, cuando se voltee la taba, van a ser tratados igual.

¿Por qué estamos en un mundo violento? Es cierto, vivimos un período de relativa paz (aunque prosperan guerras no declaradas, claro). Sin embargo, vivimos amenazados. No me refiero sólo a la inseguridad que acaba de sufrir mi familia, sino a todas las amenazas de violencia. De hecho, la "inseguridad", como se la llama, es un problema, pero no es el que me resulta más preocupante.

En todo caso, me preocupa cómo se encaran, cómo se resuelven los temas de violencia. Me preocupa encontrar los orígenes ¿Quiénes se benefician con esta violencia?

Este blog se declara en contra de toda violencia. Y, como blog escrito por humanos, se declara también culpable de, en algún semáforo, en algún intercambio, haber sido violento. Pide disculpas. Y promete intentar (y fallar e intentar y fallar e intentar) desactivar la violencia sin violencia.

Es un maravilloso compromiso con los que vienen atrás nuestro.

martes, 23 de agosto de 2016

No dormir

"Lo más difícil es no dormir". Premonitoria y acertada como siempre, la frase de mi vieja me pareció, inicialmente, exagerada. Para los que necesitamos pocas horas de sueño, dormir poco no es una amenaza.

Sucede que una cosa es necesitar pocas horas de sueño, y otra distina es no tener un mínimo. Un servidor, por ejemplo, se arregla perfecto con 6 hs por día de sueño. Pero ni una menos. En cambio, hay quienes se arreglan durmiendo 5 un día, 8 al otro, 3, 7 nada, 10, y así.

Esa es la flexibilidad necesaria cuando uno tiene un niño.

Sobreviene entonces una violenta modificación en las prioridades. Quizás uno quiere mirar el próximo capítulo de su serie favorita, en la tranquilidad de la pareja, cuando el pequeño o la pequeña duerme. Quizás demorarse en la última copa de vino; charlar, aunque más no sea.

Pero el cálculo de las horas por dormir, más la posibilidad de que esas horas se recorten drásticamente, empiezan a golpear como campanadas. Y uno prefiere aprovechar, y que Netflix quede para otro momento.

Sin embargo, resta un problema. Hay niños que tienen buena tolerancia al ruido en todos sus estadios de sueño. O sea, se duermen y ya. Hay otros aún, que en la vigilia pre sueño ya son inmunes al ruido.

Los casos más notables, por otro lado, son aquellos en que el niño soporta el escape de un colectivo, un vecino gritándole a otro el gol de su equipo, e inclusive un recital de Ministry. Pero se despierta y más aún, se despabila, con el ruido sutil que los resortes de la cama hacen cuando uno se acuesta.

En estos casos, se da una situación que me gusta llamar "Misión Imposible". Las maniobras de los padres recuerdan a Tom Cruise colgando de una soga mientras Jean Renó se sopla los mocos con una mano y lo sostiene con la otra. La cara del bueno de Tom, intentando que las gotas de sudor no caigan al piso, que su temperatura corporal se mantega, todo esto sin soltar un alarido de terror, se asemejan a los padres, en la oscuridad, intentando no darse el dedo chiquito con algún mueble, con los zapatos en la mano, rogando que el piso de madera no cruja.

"Lo más difícil es no dormir". Y que lo digas.