Alguno de ustedes imagina el cine sin Sir Charles Spencer Chaplin Jr.? A veces resulta arbitrario adjudicarle a un sólo tipo la tremenda responsabilidad de cambiar la historia del arte. Pero si con alguien puede hacerse, es con Charlie.
Si viviera (improbable) tendría 121 años hoy. Nació, según él dice, en 1889, de padres que probablemente tenían sangre romaní, y a mucha honra. Ambos eran artistas de music hall; la madre era esquizofrénica, el padre alcohólico. Eran muy, pero muy pobres. Quizás esa pobreza inspipró su personaje más impresionante, más conmovedor, más original: el vagabundo, Carlitos.
McCarthy lo persiguió, del mismo modo en que persiguió a todas las personas que valían la pena mientras le duró la cuerda. Eso hizo que, ya mayor, se estableciera en Suiza. Y, claro, cuando vieron que a Charlie USA le importaba un bledo, lo llamaron de nuevo, y le dieron un Oscar honorífico. Como si eso remendara las imbecilidades cometidas.
Hubiesemos querido conocerlo. Falleció, sin embargo, el 25 de diciembre de 1977, a los 89. Su hija Geraldine cuenta que a su padre no le gustaba la Navidad. Evidentemente, trató de sacarle un poco de cartel.
En esas nueve décadas nos dio toda su genialidad, toda su capacidad expresiva en la pantalla grande.
Ante semejante artista, una versión de un tema de Miguel Cantilo cantada por Fabiana Cantilo parece poco. Pero seguramente, en su comicidad, a él le gustaría.
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