Ayer Murió Eduardo Massera. Uno de los más grandes asesinos de la historia de la Argentina desde que es tal, falleció luego de una condena en 1985, un indulto en 1990, y un ataque cerebral que lo dejó postrado hace algunos años.
No vamos a abundar en adjetivos ( la palabra "asesino" es elocuente). Vamos a dejarles una opinión que nos parece la mejor. Es esta, del maestro Osvaldo Bayer. Alguna vez, el maestro dijo que "Roberto Arlt lo hubiese llamado 'turrito'", y tenía razón.
La canción de Canario Luna viene en nuestra ayuda: "la justicia tarda y nunca llega, pero es la pesadilla del culpable". Nos sobran ganas de desearle una larga pesadilla. Nos sobran ganas de desearle lo peor, y algo peor aún.
Pero nos contenemos. En cambio, hacemos el deseo inverso: deseamos lo mejor para toda la Argentina. Para todos los hombres y mujeres de buena voluntad, como dice ese papelucho que a Massera le chupaba tanto un huevo. Y repetimos el más feliz de los lugares comunes: Nunca más.
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