Íbamos a escribir un post sobre Macca y su tremendo combo de recitales de la semana pasada. Su entrega, su historia viva en el escenario, su constante celebración. Pero no.
Ayer pensamos en escribir un post sobre el fin de semana ricotero en Tandil. Aclaración: en la Varietè no somos fans ni mucho menos. Ya lo hemos dicho. Sin embargo, queríamos vivir una misa ricotera antes de que se acaben. Y allá fuimos. Vivimos las calles previas, el magnetismo de Solari, un recital de primerísimo nivel en todo aspecto y dos yapas muy de nuestro gusto: Jugo de Tomate Frío, de Manal, y Post Crucifixión, de Pescado, dos covers que el Indio hizo a modo de homenaje.
La música es identificación, es sentimiento, es raigambre; la Varietè no comparte la emoción por la ricota, pero la entiende. Mucho.
Todo muy lindo pero, y el post? No, tampoco sale. Ya se dijo mucho, los lugares comunes están cansados de laburar, así que van a tener su merecido descanso.
En cambio amigos, les proponemos un par de cosas que pensar. Primero una breve y jodida: se imaginan que va a pasar cuando nuestros ya longevos héroes se despidan de este mundo y se vayan al Studio 69 del Más Allá?
Y segunda: Alguna vez dieron gracias por la música? Alguna vez dijeron "Gracias a Dios/Alá/Buda/Tom Cruise porque hayan existido estos muchachos? Piénsenlon. Yo ya le puse una vela a mi poster de Top Gun.
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