Leemos al compañero Majul, a quién, en esta oportunidad, le damos una por buena:
"Si a los periodistas nos quitan el derecho a
preguntar, una parte importante de lo que somos y de lo que
representamos se va con ese impedimento. Un periodista sin preguntas es
como un presidente sin poder o un maestro sin libros. Porque las
preguntas son el instrumento más simple y a la vez más potente para
obtener información y luego darla a conocer.
Parece una cuestión demasiado obvia como para ser
explicada. Pero lo hago de manera deliberada, porque a los máximos
responsables del Gobierno no se les puede preguntar nada de manera
directa y en condiciones normales. Los dueños de los medios no deberían
aceptar que los periodistas que trabajan en sus empresas asistieran a
una simulación de conferencia de prensa como la que protagonizaron, por
ejemplo, el ministro Julio De Vido y Juan Pablo Schiavi horas después de
la tragedia de Once. Primero, porque ese día, más que cualquier otro,
había muchas preguntas para hacer y muchas respuestas que dar. Segundo,
porque hay muy pocas democracias en el mundo con gobiernos capaces de
someter a la prensa a semejante humillación y con organizaciones
periodísticas tan débiles como para aceptar en silencio tal destrato. Y
tercero, porque prohibir las preguntas, lejos de constituir una forma de
vincular de manera directa al Gobierno o a su líder con "el pueblo"
-como sostiene Carlos Zannini-, representa un intento burdo de controlar
la información y de no aceptar los diferentes puntos de vista que
conlleva la formulación de los interrogantes."
El reclamo es correcto. Deberían existir conferencias de prensa. Deberían permitirse preguntas. Es incorrecto y atenta contra la libertad de prensa que suceda lo contrario.
Ahora, lo de las "organizaciones periodísticas débiles" me permito desglosarlo. Débiles son las organizaciones periodísticas que nuclean a los laburantes, que ven coartados este (y casi todos los otros) derechos.
Ahora, los medios periodísticos no tienen mayor preocupación respecto de la falta de preguntas. La producción de noticias, a nivel medios, no está atada a la falta de respuestas. De hecho, dudo que una respuesta u otra fuese a modificar las líneas editoriales de los grandes medios.
Es más, me atrevo a decir que la falta de conferencias de prensa deja un espacio vacío que los medios aprovechan para rellenar a gusto. Y ese es otro error de este gobierno.
2 comentarios:
Con respeto, no coincido.
Que se den conferencias con preguntas no asegura nada en el actual estado de inseguridad informativa.
El compartimiento de Obarrio y la operación Lorenzetti demuestra que no hay de parte del periodismo respeto y que no importa que se diga luego se hara 1 reintepretación.
Además el nuevo modelo comunicacional cada vez requiere menos la "mediación" periodística. El periodismo actual, no solo aquí, está dedicado a la inferencia y la conjetura. Eso no va a cambiar que haya conferencias.
El pedido de conferencia es más 1 reclamo laboral que 1 pedido respecto la "libertad de prensa"
No me extiendo más. Disfruten el viaje.
Gracias por el comentario, Daniel!
Personalmente, creo que lo que vos decís no está lejos de lo que dice el post. Coincido con que las entidades informativas se dedican a la rosca y al negocio más que a la información, y por eso digo que es a los periodistas, a los laburantes, a los que afecta la no existencia de conferencias. Lo que sucede es que sería deseable que las conferencias existieran, precisamente para dejar aun más en evidencia esa desidia.
Saludos!
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