La UNESCO aceptó a Palestina como estado miembro. Israel puso el grito en el cielo, y entonces Estados Unidos decidió desfinanciar a la entidad. Acá lo explican.
Uno de los posts más leídos de este blog en toda su historia es este, y dice, en corto, que la ONU y sus dependencias no pueden seguir funcionando como están. Otros posts vuelven sobre el tema, siempre con una premisa parecida.
La lista de medidas que las potencias mundiales toman sin que lo que la ONU diga importe es amplia: el bloqueo a Cuba, las Guerras de Irak, la permanencia ilegal inglesa en las Malvinas, y ahora este tema. Aparentemente, la ONU no sirve para nada.
Hay un post en el que, a propósito del golpe de estado en Honduras, nos preguntamos si las uniones de naciones son una farsa. En aquél entonces dispensabamos a la Unión Europea por falta de información. Hoy no se salva ni ella. Las Uniones de Naciones post Segunda Guerra no han servido, o, si sirvieron, ya no.
Esto no es una defensa de Palestina. Seguramente muchos pensarán que este es un conflicto en el que, o se apoya a Israel-EE.UU., o a Palestina.
Opino distinto. Aquí se apoya la autodeterminación de las naciones. Se apoya la posibilidad de responder a cualquier ataque con democracia, con opiniones, sin lobbistas, con discusión. Se apoya la idea de que nadie tiene la verdad revelada (La crisis global lo demuestra) y que, ante un abuso por parte de algún país, la ayuda debe provenir del conjunto de naciones, no de algunas.
En estos momentos en los que se debate la continuidad de Grecia en la Unión Europea, en los que países centrales miran como los castillos financieros construídos se desploman como si fueran de cartas, en los que ingleses y norteamericanos insisten con Malvinas y con Oriente Medio, creo que es hora como sociedad global de preguntarnos:
¿Sirven de algo estas tristes uniones de naciones?
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