jueves, 3 de noviembre de 2011

Fotos

Esta es una ciudad de mierda. "Que ciudad increíble, Buenos Aires" dicen mis amigos uruguayos. Si, increíble. Que subsista. Eso es increíble. Tremenda porquería de polvo de cemento y pelusa de plátanos, y de taxistas que aprendieron a defenderse de los bondis y de motos que aprendieron a defenderse de los taxis. Ciudad de posesiones, material, ostentosa.

Y la humedad! transpirar de septiembre a abril, en mangas de camisa.

Increíble.

Las bocinas. Se pusieron a pensar en las bocinas? Hace cuánto que no se ve el horizonte?

Lo increíble es que cada tanto esta pila de ladrillos logre parecerse a otro lugar. Logra, a veces, sorprendernos.

Y cada tanto la Avenida de Mayo se pone de cara al sol y se ilumina, y las sombras del ocaso esconden la basura, y el sol le pone escenografía a la Primera Junta. Y por Plaza de Mayo, en esos mediodías furiosos de luz, se huele el vacío desde las parrillas atorrantas de la city.

Y la noche.

Todos los gatos son pardos, de noche. Todos menos Buenos Aires. Como una pantera, de día se agazapa y después aparece, brillante, de noche. Aparece y te enamorás, no podés dejarla, y a la mañana encontrás, vacío, su silueta dibujada en tu colchón.

"Que ciudad increíble, Buenos Aires" dicen mis amigos uruguayos. Y tienen razón. Más de la que imaginan.

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