miércoles, 26 de octubre de 2011

La cigarra y la hormiga

La actual coyuntura económica propició un debate furibundo entre quienes suponen que la crisis global se soluciona gastando más, y quienes creen que se soluciona gastando menos. Por supuesto, esta es una descripción básica; sabrán disculpar ustedes la minimización de este humilde marcador central puesto a escribir. Digo, muchos economistas neokeynesianos argumentan que la falta de plata se soluciona gastando, afirmación que casi ha sido refrendada por el FMI, que pidió "no ajustar tanto". Mientras, las clásicas recetas económicas piden recortes, ajustes, etc.

A propósito de esto, leo una nota en el NY Times, firmada por James Livingston, que tira este dato:

"Entre 1900 y 2000, el Producto Bruto Interno per cápita creció más del 600%. Mientras tanto, la inversión privada neta declinó el 70%. Lo que es más, en 1900 casi toda la inversión provenía del sector privado, mientras que en 2000 la mayoría de las inversiones venían del gasto público o del consumo individual"

Si usted leyó algo, sabe que Estados Unidos casi entra en default soberano porque los Republicanos no querían que Obama aumente los impuestos a los más pudientes. En el marco de la lucha por el "debt ceiling", Obama quería balancear las cuentas a partir de elevar la recaudación y recortes de gasto, y los Tea Partiers recortes, pero no new taxes.

Esta actitud generó una espiral de quilombo que derivó en el actual movimiento "Occupy Wall Street" (Ocupen Wall Street), que reclama porque muchos tienen nada y pocos tienen todo lo demás, y encima, esos que tienen todo pagan menos que los que tienen nada.

Por otro lado, del otro lado del Atlántico Europa reclama más y más y más ajustes a Grecia, España, Italia, etc, lo que generó la existencia de Indignados y Protestas en Atenas, Madrid, etc.La razón es la misma, básicamente: ustedes manejan la plata, se mandan los mocos, y como consecuencia a nosotros nos despiden. Negoción.

Cuál es la idea clásica? Aumentarles los impuestos a los que tienen dinero para invertir redunda en que esos más pudientes se retraigan, mientras que no cobrarles mucho permite que parte de ese dinero no cobrado se reinvierta, genere empleos, crecimiento, y chicas en bikini en las esquinas.

Bueno, si le creemos a Livingston, eso no sucede. De hecho, lo dice clarito en la nota: "La inversión privada no promueve el crecimiento económico. De hecho, no es necesaria para que lo haya". Y sigue: "(Las) ganancias corporativas no impulsan el crecimiento económico - son solamente sumas inquietas de capital excedente listas para inundar los mercados especulativos". Contundente.

Ustedes dirán: "yo ahora te copio diez links de tipos que dicen lo contrario", y es posible que incluso encuentren más, si buscan. Pero hay dos cosas:

La primera es que tipos respetados publican en diarios respetados (NY Times, es, probablemente, la cuna misma del periodismo) ideas como esta, con datos tan contundentes como los señalados más arriba. Y la segunda es: Tendrán esos diez links tanta data como este que les comparto?

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Y a todo esto le sumo otro aspecto. Livingston dice que está bueno gastar. No sólo para tener cosas que a uno le gustan ahora, sino para que la economía crezca. Transcribo:

"Una gran parte del problema es que dudamos del valor moral de consumir"

Digo, no vamos a hacer desde acá justamente una reivindicación del consumismo. Estamos hablando de consumo, de una actividad que cada uno controla, y no que nos controla a nosotros. Y que, además de ser placentera sin perjudicar a nadie, impulsa la economía. Y si no, vaya de ejemplo la economía argentina, o la china, que crecen en mayor o menor medida gracias al boom del consumo.

Queda mucha tela para cortar, pero les dejo esta canción del Cuarteto de Nos, banda uruguaya excelente, que se llama Manfredi



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