jueves, 20 de octubre de 2011

Es la oposición, estúpido

Así como antes de las Primarias desde ciertos espacios de opinión se instaba a la oposición a coaligarse para derrotar el kirchnerismo por el sólo hecho de quitarlo de en medio, la insistencia de estos mismos espacios y de muchos líderes políticos está ahora en la composición legislativa.

Veamos: Luego de un proceso eleccionario en 2009 que dejó expuestas las miserias más grandes del kirchnerismo (miserias que siguen allí, mayormente), se abrió un período en el que, a diferencia de lo esperado, la oposición siguió su instinto más politiquero y se dedicó a ver quién tenía más larga la lista de seguidores. A río revuelto, ganancia de Cristina.

Esto se reflejó patente en diversos comentarios editoriales, que instaban a la oposición, rejuntada para las elecciones, a mantener la coalición de cara a 2011, como para definitivamente limpiar al gobierno. A medida que los De Narváez, los Solá, los Alfonsín, Los Macri y los Carrió empezaban a pelearse, los opinadores veían con temor como la oposición no daba respuestas. Y sabían (porque no comen vidrio) que cuanto más mostraran la hilacha los unos, más tranquilos podían estar los otros. Por eso la insistencia respecto de esa coalición, y por eso las advertencias hasta el 13 de agosto mismo respecto de lo que iba a pasar si no se ponían las pilas juntos.

(dejo afuera de esto a Binner, que tuvo una actitud a mi gusto diferente. De hecho él encabeza una coalición).

No se pusieron de acuerdo, pasó el 14, e hicieron papelones. Los opinators hicieron llover las críticas como un diluvio, pasaron facturas varias, y omitieron mencionar que, luego de la victoria de Macri en Capital, anticipaban para Cristina una pensión del estado, a cobrar en las Islas Caimán.

Entonces empezó el lobby para, al menos, tener un congreso mixto. Uno en el que se pueda rosquear algo.

Ahora bien: hoy leo esto, de uno de los antonomásicos opinologists. Dice algunas cosas geniales respecto de lo que sucederá inevitablemente si Cristina gana por mucho margen.

 - "el Gobierno tendrá fuertes incentivos para conducir la gestión por los bordes mismos de la Constitución". Esta es una crítica que le vengo escuchando a La Nación desde 2009. Supongo que el gobierno es hábil para manejarse "por los bordes mismos de la Constitución" con o sin mayoría.

 - "Los partidos de la oposición, por su parte, no sólo estarán en minoría en el recinto de las cámaras y en las comisiones -como ocurrió en otros períodos de la historia-, sino que esa minoría reflejará, además, la situación de extrema fragilidad e internismo en que quedarán colocados esos partidos. Los pases de factura y las búsquedas de nuevos liderazgos no contribuirán, previsiblemente, a una conducción uniforme de esos bloques". Pase de factura retroactivo. "Cómo se les ocurre ser una bolsa de gatos justo ahora?" parece reclamar el párrafo.

 - "Normalmente, en este contexto, la Presidenta no tendrá incentivos para gobernar por decretos de necesidad y urgencia. Todo lo que envíe al Congreso le será otorgado. Pero la situación mostrará la debilidad del Congreso". ¿Cuántos DNUs firmó Cristina en la etapa en la que tuvo el Congreso más desfavorable? ¿Cuántos comparados, digamos, con Menem? ¿O con Raúl Alfonsín?


Nadie va a negar que el kirchnerismo gusta de centralizar las decisiones. No creo, por otro lado, que haya gobiernos que gusten de distribuir el poder. Creo. Además, el aire de inevitabilidad me parece agorero, Lilita's style.

Pero el verdadero reclamo a quienes se enojan por la falta de distribución de poder debería ser doble: ¿Qué hicieron para ganarse el voto de la gente, señores opositores? y ¿Por qué habría que darles otra oportunidad de hacer algo que, en la anterior, omitieron en favor de rencillas petiteras?

Es la oposición la que tiene la carga de la prueba. Son los líderes opositores los que tienen que mostrar que están a la altura de las circunstancias. Es hora de que la dirigencia política se ponga a laburar. Mientras tanto, el gobierno va a seguir llevando sus planes adelante, por el simple hecho de que los tienen.

PD: Le  doy una buena a Ventura:

 - "Muchos jueces son tan sensibles al calor del poder como los más diestros políticos. La Corte y unos pocos magistrados deberán colocar sobre sus espaldas la tarea de controlar los excesos, una labor que, a todas luces, no es sencilla de realizar". La independencia de poderes no es el fuerte del kirchnerismo. Aunque me pregunto qué gobierno de los últimos 20 años si la respetaba...


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