"Nunca acepté que fuera el mejor guitarrista del mundo. Siempre quise ser el mejor guitarrista del mundo, pero eso es un ideal, y lo acepto como tal."
Hacer un post con la vida del mejor guitarrista del blues vivo, y uno de los mejores de todos los tiempos, es arriesgarse a aburrir y repetir. Sabemos que no vienen ustedes a la Varietè a buscar historias, sino a buscar ganas de encontrar historias.
La frase que abre todo esto la dijo Eric Clapton, a quién mencionamos otras veces. Nunca, sin embargo, nos dedicamos a él específicamente. Vaya, entonces, una tardía reparación.
Nacido en Surrey en 1945, casi deja la guitarra, porque le costaba. Tuvo que esforzarse mucho, y temprano se ganó el apodo de "Mano Lenta" (Slowhand). Después de formar bandas como The Yardbirds, John Mayall and the Blues Breakers, Cream, y tantas otras, y tras una carrera solista que incluye colaboraciones o trabajos con George Harrison (su gran amigo) Phil Collins, la Plastic Ono Band, Santana, Jeff Beck y tantos más, Clapton se alza hoy con el respeto de ser el tipo que más emociona con seis cuerdas.
"Octubre, 2001, Estadio de River; en medio del aullido, una sola luz sobrevive. Aparece él, con su guitarra en la mano. Se sienta. Sonríe, y su sonrisa pide silencio. Cierra los ojos y mira al cielo monumental. Y suelta el primer acorde.
Desde atrás, una voz reza: amigos, estamos viendo a Dios"
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