El libro "1001 discos que hay que escuchar antes de morir" es, ante todo, una de las lecturas más recomendables para fanáticos de la música. Tanto los amateurs, que encontrarán música de la que nunca habían escuchado ni el nombre, como para los pro, que se regodearán con discos incunables y olvidados por el main stream, es fundamental.
Dicho esto, algunas quejas:
1.- La mayor parte de los discos es en inglés. Ustedes dirán que la mejor parte de los discos del mundo es en inglés, y tienen razón. Pero me da la impresión de que, al hacer semejante disco, podés rebuscar un poco en bateas de otros idiomas.
2.- Hay discos de, por ejemplo, Britney Spears. Lamento decir que voy a morir sin escuchar ESE disco.
3.- Nada más arbitrario que una selección. Por eso decimos que mil discos es poco, y que faltan algunos de nuestro gusto
4.- En Varietè somos fanas de los bitles, pero poner casi todos sus discos requiere muy poco esfuerzo por parte del compilador. Es como elegir los 10 mejores goles de la historia y poner cinco de Maradona, cuatro de Pelé y uno de Platini.
Por eso, a partir de ahora, vamos a agregar discos a esa lista. Estén atentos.
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