viernes, 18 de enero de 2008

Perdón por la tristeza

Vengo masticando este post desde hace un tiempo, pero era (es) un tema recurrente y prefería esta vez saber bien que decir.

No es un post acerca de la amistad. Es acerca de mis amigos.

Hay algo que me sorprende. "El amigo es un hermano que se elige" dice la frase. Pero no creo que sea tan así. Es real que uno busca juntarse con gente parecida a uno, y va separándose de aquellas personas que no lo son tanto.

¿Cómo elige uno? Uno no anda diciendo "bueno, sos mi amigo" o "desde ahora somos amigos". Un día uno está tomando una cerveza, sentado en la silla de plástico en el balcón de la casa de alguien, y se da cuenta de que ese alguien es amigo de uno. En realidad, uno se vuelve a dar cuenta, uno vuelve a confirmarlo. Aunque después uno no vea a ese alguien por meses, o años.

Pero estoy hablando de la amistad, y la idea no era esa. Lo que digo es que así son mis amigos. A muchos los veo cada tanto, muchos viven a kilómetros y kilómetros de mi casa, y aún así cada vez que nos juntamos hay un momento en el que esa confirmación se da, espontánea.

Por eso mis amigos se han vuelto tan importantes para mí. Cada uno de ellos guarda un momento que también es mio, un recuerdo que está en mi mente, un abrazo que nos dimos.

Es una gilada, no? Otra vez no pensé en lo que decía...

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