miércoles, 23 de febrero de 2011

Traidores II

Agregamos otro pedacito a la de Pedraza

Joaquín Morales Solá, a quién aquí en la Varietè habitualmente denostamos, dice hoy algo cierto:

La única y enorme diferencia de Pedraza con el resto de los gremialistas es que el líder ferroviario debe responder por la muerte prematura del joven militante Mariano Ferreyra. Debe responder por una muerte con nombre y apellido, porque muchos de sus pares están siendo investigados por traficar con medicamentos "truchos" para curar el cáncer, el sida o la hipertensión. Estos presuntos delitos producen también otras muertes

Lo dicho: nadie defenderá a Pedraza, porque sus cadáveres tienen nombre y apellido.

Después, Morales Solá vuelve a ser Morales Solá:

Ningún otro presidente elegido, ni siquiera Perón, se apoyó tanto en el sindicalismo como los dos Kirchner. Quizá lo hicieron para ignorar el sistema de partidos políticos, y perpetuar así su lamentable ruina, o porque creyeron que los gremios los ayudarían a controlar la calle, eterna obsesión del kirchnerismo. Ningún otro presidente le dio tanto poder ni tanto dinero a la corporación de los sindicatos

Hay un motivo que Malvárez Tejar olvida: el kirchnerismo, con muy poco, hizo más por el trabajo que quienes pasan revista en las filas opositoras. Después de varias décadas en que el sindicalismo fue oposición o estuvo aplastado por el neoliberalismo, el resurgimiento de los sindicatos era el camino que cualquier justicialista iba a seguir. Le tocó a Kirchner, pero cualquier otro hubiese hecho lo mismo.

Parte de ese muy poco implicó poner a estos colaboracionistas en primera plana.

Ojalá se hubiese podido modificar el modus operandi del sindicalismo argentino. Pero es el que tenemos. Como dice Morales Solá, desde antes de la dictadura.

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