La Varietè es de Racing. Así, sin democracia ni explicaciones. Somos de la Academia, todo el tiempo.
No somos grandes seguidores, no. No vamos a la cancha. Somos escépticos respecto de la organización del espectáculo futbolístico, en la Argentina y en el resto de la galaxia. No compartimos esa feligresía del que va, con cualquier clima, y se parapeta en la tribuna. La respetamos mucho, pero somos hinchas de sillón.
Deploramos, intensa, visceralmente, a los barras. No los consideramos hinchas. En cambio, creemos que son socios en un negoción que incluye dirigentes, funcionarios, políticos, y hasta jugadores. Incluso, el apelativo de "barrabrava" nos parece una forma pintoresca de disimular su verdadera condición. Bravo era mi abuelo, que cuando se enojaba se ponía tan serio que costaba recordar que era un jodón. Estos no son bravos. Son ladrones, asesinos; cómplices, como mínimo.
Pero hay una cosa que, para la Varietè, es sagrada. Y es el fútbol.
Ni los colores, ni las banderas, ni los estadios. Ni las camisetas "dry fit", ni los botines de dos colores distintos, ni los esponsoreos, ni las botineras.
El fútbol.
Cuando uno es pibe y empieza a jugar a la pelota, es estadísticamente probable que no sea del todo hábil. Inmediatamente uno se da cuenta de que esas cosas que hacen los habilidosos en la tele o en la canchita del barrio a uno no le van a salir, al menos no fácilmente.
En ese contexto, invito a los futboleros a hacer memoria y recordar, con la mayor precisión posible, cuándo fue que hicieron algo mágico, futbolísticamente hablando. No digo una chilena tipo Francescoli. Puede haber sido un pase de 5 metros. Hagan memoria. Un centro perfecto, un tiro libre al ángulo, un quite "providencial", como gustan decir los relatores.
Específicamente, traten de recordar como se sintieron. Alguno hasta puede recordar que en ese momento hinchas imaginarios se rompieron las palmas en aplausos, o corearon el apellido de uno.
Les cuento una mía. Baldío en el viejo Lomas de Zamora. Partido 3 contra 2. Mi equipo, el de los 2, contaba además con la presencia de mi viejo. Enfrente, el Chino, amigo de la primaria, y otros dos que no recuerdo y no vienen al caso.
El Chino atajaba. Tuvo la decencia de colocar la barrera y ponerse justo detrás, dejando abandonado el poste izquierdo.
Decidimos una jugada preparada. Mi viejo tomó carrera, la saltó, y yo entré como una tromba, y con el empeine le di justo, justo, para que fuera rasante, pegada al buzo que oficiaba de arco, y se metiera ante la atenta mirada del Chino.
Conozco a muchos hinchas del fútbol que sienten eso mismo cuando su equipo gana. Esa euforia que se desata, esas ganas de abrazar el adoquinado.
No pretendo definir qué sentimiento es el fútbol. Sería irrespetuoso. Simplemente le dedico esta pavadita a todos los hinchas de Racing, que estamos de festejo. Y a los hinchas del fútbol.
martes, 16 de diciembre de 2014
jueves, 11 de diciembre de 2014
Flojitos de papeles
No crean que no se que, al tocar este tema, puedo estar metiéndome en camisa de once varas. Pero ¿qué sentido tiene tener un blog si uno va a ser siempre responsable?
Mauricio Macri salió a decir en estos días que con él en la presidencia "se acaban los curros en derechos humanos". Lo dijo en una entrevista en el diario La Nación, lo cuál no es un dato menor. Textualmente el intercambio es este:
-Organismos de derechos humanos temen una "marcha atrás" en los avances conseguidos con el kirchnerismo...
--Mi gobierno ha sido defensor de los derechos humanos, de la libertad de prensa, acceso a la salud y la educación. Ahora los derechos humanos no son Sueños Compartidos y los "curros" que han inventado. Con nosotros, todos esos curros se acabaron.
Las declaraciones generaron respuestas, especialmente de Cristina Fernández, pero también de otros dirigentes como Humberto Tumini, de Libres del Sur, o Estela de Carlotto.
Ahora bien, dividamos la cosa en dos partes.
Por un lado tenemos a Macri diciendo que asuntos como Sueños Compartidos fueron delitos (igualo aquí a curro con delito, suponiendo estafa con fondos públicos) y que con él esas cuestiones van a ser superadas. Si bien no estoy al tanto de la marcha de la causa por Sueños, creo que como mínimo se puede decir que hubo algún tipo de malversación, y esto siendo generoso. La justicia lo definirá, pero parece, efectivamente, un "curro".
En este sentido, no creo que haya ningún candidato que vaya a salir a defender programas como éste. Algunos los negarán u ocultarán, y otros los usarán para decir "conmigo no pasa", pero nada más. En tiempos de campaña, y más en un medio como La Nación, lo que dice Macri es casi de manual. De hecho, no hay demasiadas repreguntas en la entrevista. No creo tampoco que nadie, por enemigo de Macri que sea, acepte mantener planes que son espurios en su ejecución, aunque tengan buenas intenciones.
Por otro lado, ¿leyeron toda la entrevista?
Macri señala que sus dos principales ejes si es presidente serán la educación pública y la infraestructura. Sin embargo, éste informe de la ACIJ señala un 30% de subejecución presupuestaria para el área de educación pública. Por su parte, Chequeado.com descubre al Jefe de Gobierno "chamuyando" un récord en inversión.
Este otro, de ASAP, señala la subejecución en términos generales.Y acá, Chequeado.com hace referencia al endeudamiento de la Ciudad de Buenos Aires, que se triplicó.
Son solamente algunas de las desmentidas a las respuestas que Macri da en la entrevista. O que, por lo menos, hubiesen demandado una repregunta por parte del entrevistador. Uno podría sospechar que se trata de un tratamiento especial que La Nación le dispensa a Macri, pero si leen la entrevista con Scioli, que salió el mismo día en una serie de notas a los presidenciables, verán que tampoco fueron muy duros con él.
En definitiva, se trata de notas en donde cada candidato le está hablando a la gente que lo va a votar sabiendo lo que cada candidato piensa. Es difícil creer que alguien que conoce el prontuario de Macri (o de Scioli, o de cualquiera) va a cambiar de idea porque él diga que con él no va a haber curros en derechos humanos, y la educación pública va a ser una panacea, y la General Paz va a tener poco tráfico. Se predica para el converso, digamos.
En ese contexto, y volviendo a los "curros en derechos humanos", se me ocurre que todos queremos que no se afane guita a partir de la necesidad de los que menos tienen. Lo que muchos sospechamos es que esos "curros" de los que Macri reniega se van a llevar puestas a políticas que sí son cruciales, y que tienen que ver con el castigo a los culpables de delitos de lesa humanidad.
En todo caso, el centro de esta cuestión es, en nuestra humilde opinión, qué sucede durante las campañas. Todos los candidatos utilizan consignas: "Vamos a bajar la inflación", "Vamos a reducir la tasa de robos por habitante", "Vamos a potenciar la infraestructura". Ninguno dice cómo. Ninguno aporta planes. Todo se basa en la credibilidad que cada aspirante tenga. Y en ese contexto, todos los presidenciables están a nuestro gusto, flojitos de papeles.
Mauricio Macri salió a decir en estos días que con él en la presidencia "se acaban los curros en derechos humanos". Lo dijo en una entrevista en el diario La Nación, lo cuál no es un dato menor. Textualmente el intercambio es este:
-Organismos de derechos humanos temen una "marcha atrás" en los avances conseguidos con el kirchnerismo...
--Mi gobierno ha sido defensor de los derechos humanos, de la libertad de prensa, acceso a la salud y la educación. Ahora los derechos humanos no son Sueños Compartidos y los "curros" que han inventado. Con nosotros, todos esos curros se acabaron.
Las declaraciones generaron respuestas, especialmente de Cristina Fernández, pero también de otros dirigentes como Humberto Tumini, de Libres del Sur, o Estela de Carlotto.
Ahora bien, dividamos la cosa en dos partes.
Por un lado tenemos a Macri diciendo que asuntos como Sueños Compartidos fueron delitos (igualo aquí a curro con delito, suponiendo estafa con fondos públicos) y que con él esas cuestiones van a ser superadas. Si bien no estoy al tanto de la marcha de la causa por Sueños, creo que como mínimo se puede decir que hubo algún tipo de malversación, y esto siendo generoso. La justicia lo definirá, pero parece, efectivamente, un "curro".
En este sentido, no creo que haya ningún candidato que vaya a salir a defender programas como éste. Algunos los negarán u ocultarán, y otros los usarán para decir "conmigo no pasa", pero nada más. En tiempos de campaña, y más en un medio como La Nación, lo que dice Macri es casi de manual. De hecho, no hay demasiadas repreguntas en la entrevista. No creo tampoco que nadie, por enemigo de Macri que sea, acepte mantener planes que son espurios en su ejecución, aunque tengan buenas intenciones.
Por otro lado, ¿leyeron toda la entrevista?
Macri señala que sus dos principales ejes si es presidente serán la educación pública y la infraestructura. Sin embargo, éste informe de la ACIJ señala un 30% de subejecución presupuestaria para el área de educación pública. Por su parte, Chequeado.com descubre al Jefe de Gobierno "chamuyando" un récord en inversión.
Este otro, de ASAP, señala la subejecución en términos generales.Y acá, Chequeado.com hace referencia al endeudamiento de la Ciudad de Buenos Aires, que se triplicó.
Son solamente algunas de las desmentidas a las respuestas que Macri da en la entrevista. O que, por lo menos, hubiesen demandado una repregunta por parte del entrevistador. Uno podría sospechar que se trata de un tratamiento especial que La Nación le dispensa a Macri, pero si leen la entrevista con Scioli, que salió el mismo día en una serie de notas a los presidenciables, verán que tampoco fueron muy duros con él.
En definitiva, se trata de notas en donde cada candidato le está hablando a la gente que lo va a votar sabiendo lo que cada candidato piensa. Es difícil creer que alguien que conoce el prontuario de Macri (o de Scioli, o de cualquiera) va a cambiar de idea porque él diga que con él no va a haber curros en derechos humanos, y la educación pública va a ser una panacea, y la General Paz va a tener poco tráfico. Se predica para el converso, digamos.
En ese contexto, y volviendo a los "curros en derechos humanos", se me ocurre que todos queremos que no se afane guita a partir de la necesidad de los que menos tienen. Lo que muchos sospechamos es que esos "curros" de los que Macri reniega se van a llevar puestas a políticas que sí son cruciales, y que tienen que ver con el castigo a los culpables de delitos de lesa humanidad.
En todo caso, el centro de esta cuestión es, en nuestra humilde opinión, qué sucede durante las campañas. Todos los candidatos utilizan consignas: "Vamos a bajar la inflación", "Vamos a reducir la tasa de robos por habitante", "Vamos a potenciar la infraestructura". Ninguno dice cómo. Ninguno aporta planes. Todo se basa en la credibilidad que cada aspirante tenga. Y en ese contexto, todos los presidenciables están a nuestro gusto, flojitos de papeles.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
De las leyes
El post de hoy surge a propósito de una noticia que habla de un subsidio estatal para personas trans. Resumiendo: una legisladora presentó un proyecto que habilitaría a las personas trans de más de 40 años a recibir un subsidio estatal de alrededor de 8 lucas a valores de hoy.
No vamos a hablar de éste proyecto, sino que vamos a (intentar) usarlo como ejemplo de lo que creemos que suele pasar con las leyes en la Argentina (y en muchísimos otros países del mundo), desde las más polémicas (matrimonio igualitario, Ley de Medios, etc) hasta las que son, digamos, menores.
Resulta que un edil propone una ley. Esto, en principio, es su trabajo. Le garpamos básicamente para eso. Recuerden que nosotros elegimos a esta persona para que ocupe el sitio que ocupa, proponga leyes y vote las que otros proponen en consonancia con ciertas cosas que dijo antes de que lo votemos. No se enojen, pero mucha gente no recuerda este pequeño dato.
Ahora, resulta que María Rachid, la que presentó este proyecto, es una militante de los derechos del Colectivo LGBT de la Argentina y fue vicepresidenta del INADI (se acuerdan la pelea con Morgado?). O sea, podemos tener más o menos confianza en su capacidad, pero sin dudas la mina está en el tema.
Esto no evitó que inmediatamente una andanada de indignados surgiera a despotricar contra el proyecto, y a proferir quejas que en el mejor de los casos eran simplemente burradas y que en el peor eran directamente insultos discriminatorios. Intuyo que la mayoría se quedó en el título, y ni siquiera sabe qué dice el proyecto. Muchos ni siquiera deben saber que el mismo proyecto perdió estado parlamentario varias veces porque no llegó a tratarse, y que no es la primera vez que se presenta.
Repetimos: el proyecto puede ser una bosta. Quizás está mal hecho. Quizás está basado en estadísticas pedorras. Miles de cosas pueden estar mal. Pueden existir cientos de razones por las que ese proyecto no debería ser aprobado.
Pero no nos consta.
Acá hay dos caminos. Uno es informarse. Leer un poco más allá de la bajada de la nota. A ver qué les parece, aunque más no sea para saber si en la próxima elección votan o no al fulano que presentó el proyecto. O en todo caso, si les parece muy mal, van al Congreso a reclamar, se presentan en la justicia, cortan una calle, o agarran un lanzallamas y la van a esperar a Rachid a Perú y Diagonal.
En ésta nota de Perfil Rachid explica un poco de qué la va el proyecto, con algo más de detalle. El título de la nota ya es más claro: "María Rachid propone OTRO subsidio..." O sea, no se trara de un antojo alocado, sino que es algo que desde el sector LGBT se viene laburando hace un tiempo. Lean la nota y van a ver.
El título de la nota de Infobae (arriba de todo) tiene otra trampita: "El kirchnerismo impulsa..." Es cierto, en estricto rigor, que Rachid es legisladora porteña por el FPV. Pero sería razonable suponer, en virtud de su historial, que no es su pertenencia partidaria sino su militancia lo que la lleva a presentar el proyecto. Y que, en todo caso, veremos si luego el resto del kirchnerismo apoya o no.
El otro camino es quejarse sin base. Indignarse, vamos. Patalear. Reclamar los perdidos derechos de la "gente como uno" y el avance de los "vagos", etc.
Desde acá, desde la Varietè, creemos que el primero es mejor. Sabiendo de qué hablamos no nos vamos a poner necesariamente de acuerdo. Pero al menos vamos a poder entender y refutar lo que el otro dice. Es probable que eso no cambie la forma de pensar de los políticos, al menos no inmediatamente. Pero, si esa actitud cívica se sostiene en el tiempo, quién te dice. En una de esas los incentivos cambian.
Mientras nos quejemos sin base el objetivo de los políticos será mostrar cuán indignante es el proyecto de su opositor. Nosotros tenemos que definir qué nos indigna y qué no, por nuestra propia cuenta.
Una vez, discutiendo la Ley de Medios, alguien me dijo "No se como será, pero seguro que es peor que la que estaba". Esta persona no conocía ni la ley anterior, ni el proyecto nuevo.
Hagámos un esfuerzo por no ser esa persona.
No vamos a hablar de éste proyecto, sino que vamos a (intentar) usarlo como ejemplo de lo que creemos que suele pasar con las leyes en la Argentina (y en muchísimos otros países del mundo), desde las más polémicas (matrimonio igualitario, Ley de Medios, etc) hasta las que son, digamos, menores.
Resulta que un edil propone una ley. Esto, en principio, es su trabajo. Le garpamos básicamente para eso. Recuerden que nosotros elegimos a esta persona para que ocupe el sitio que ocupa, proponga leyes y vote las que otros proponen en consonancia con ciertas cosas que dijo antes de que lo votemos. No se enojen, pero mucha gente no recuerda este pequeño dato.
Ahora, resulta que María Rachid, la que presentó este proyecto, es una militante de los derechos del Colectivo LGBT de la Argentina y fue vicepresidenta del INADI (se acuerdan la pelea con Morgado?). O sea, podemos tener más o menos confianza en su capacidad, pero sin dudas la mina está en el tema.
Esto no evitó que inmediatamente una andanada de indignados surgiera a despotricar contra el proyecto, y a proferir quejas que en el mejor de los casos eran simplemente burradas y que en el peor eran directamente insultos discriminatorios. Intuyo que la mayoría se quedó en el título, y ni siquiera sabe qué dice el proyecto. Muchos ni siquiera deben saber que el mismo proyecto perdió estado parlamentario varias veces porque no llegó a tratarse, y que no es la primera vez que se presenta.
Repetimos: el proyecto puede ser una bosta. Quizás está mal hecho. Quizás está basado en estadísticas pedorras. Miles de cosas pueden estar mal. Pueden existir cientos de razones por las que ese proyecto no debería ser aprobado.
Pero no nos consta.
Acá hay dos caminos. Uno es informarse. Leer un poco más allá de la bajada de la nota. A ver qué les parece, aunque más no sea para saber si en la próxima elección votan o no al fulano que presentó el proyecto. O en todo caso, si les parece muy mal, van al Congreso a reclamar, se presentan en la justicia, cortan una calle, o agarran un lanzallamas y la van a esperar a Rachid a Perú y Diagonal.
En ésta nota de Perfil Rachid explica un poco de qué la va el proyecto, con algo más de detalle. El título de la nota ya es más claro: "María Rachid propone OTRO subsidio..." O sea, no se trara de un antojo alocado, sino que es algo que desde el sector LGBT se viene laburando hace un tiempo. Lean la nota y van a ver.
El título de la nota de Infobae (arriba de todo) tiene otra trampita: "El kirchnerismo impulsa..." Es cierto, en estricto rigor, que Rachid es legisladora porteña por el FPV. Pero sería razonable suponer, en virtud de su historial, que no es su pertenencia partidaria sino su militancia lo que la lleva a presentar el proyecto. Y que, en todo caso, veremos si luego el resto del kirchnerismo apoya o no.
El otro camino es quejarse sin base. Indignarse, vamos. Patalear. Reclamar los perdidos derechos de la "gente como uno" y el avance de los "vagos", etc.
Desde acá, desde la Varietè, creemos que el primero es mejor. Sabiendo de qué hablamos no nos vamos a poner necesariamente de acuerdo. Pero al menos vamos a poder entender y refutar lo que el otro dice. Es probable que eso no cambie la forma de pensar de los políticos, al menos no inmediatamente. Pero, si esa actitud cívica se sostiene en el tiempo, quién te dice. En una de esas los incentivos cambian.
Mientras nos quejemos sin base el objetivo de los políticos será mostrar cuán indignante es el proyecto de su opositor. Nosotros tenemos que definir qué nos indigna y qué no, por nuestra propia cuenta.
Una vez, discutiendo la Ley de Medios, alguien me dijo "No se como será, pero seguro que es peor que la que estaba". Esta persona no conocía ni la ley anterior, ni el proyecto nuevo.
Hagámos un esfuerzo por no ser esa persona.
lunes, 17 de noviembre de 2014
En voz baja
Este es un dato pequeño, que les regalo a todos los artistas de escenario.
Digamos que usted es cantante o frontman de una banda de música. Incipiente, interesante, con seguidores en aumento, quizás a las puertas del éxito o dando los primeros pasos dentro de la fama. Durante un show invita a compartir el escenario a un ya célebre músico, con un recorrido mucho más amplio (suponga ud, León Gieco).
La pregunta es: ¿Cuál sería su actitud?
Antes de darle la respuesta, lo invito a pensar (Gracias Adrián Paenza!) Haga memoria de los momentos en los que, como expectador, vio escenas semejantes. "Es un honor para nosotros recibir en el escenario a un maestro de la música argentina, con ustedes León Gieco" o frase similar, y aparece, con la armónica colgada, León, desde una bambalina. Hasta ahi, correcto.
Y acá, el detalle: artista novel y leyenda siempre intercambian unas palabras fuera de micrófono. Siempre, si saben lo que hacen ¿Por qué?
La respuesta es: para dejarnos con la duda.
Imaginen si, con el microfono abierto, el artista x le dice a León "León, gracias, después arreglamos el cachet con tu representante". O bien, "Maestro, la primera que aprendí en la criolla fue 'Sólo le pido a Dios'"; ó "Gracias por venir". Lo que sea, probablemente sea evaluado por el público de modo negativo. Si el comentario es amistoso, pensarán que usted se hace el amigo de la estrella cuando en verdad ni lo conoce. Si es excesivamente respetuoso, lo tratarán de pichi. Y así.
Es fundamental que, en ese caso, los comentarios entre frontman e invitado sean en off. De esta manera, no sólo no sabremos que dijeron, sino que además, el límite para dichas palabras será la inventiva de cada uno.
Y, reconozcámoslo, la inventiva suele crear historias mucho más interesantes que la realidad.
Digamos que usted es cantante o frontman de una banda de música. Incipiente, interesante, con seguidores en aumento, quizás a las puertas del éxito o dando los primeros pasos dentro de la fama. Durante un show invita a compartir el escenario a un ya célebre músico, con un recorrido mucho más amplio (suponga ud, León Gieco).
La pregunta es: ¿Cuál sería su actitud?
Antes de darle la respuesta, lo invito a pensar (Gracias Adrián Paenza!) Haga memoria de los momentos en los que, como expectador, vio escenas semejantes. "Es un honor para nosotros recibir en el escenario a un maestro de la música argentina, con ustedes León Gieco" o frase similar, y aparece, con la armónica colgada, León, desde una bambalina. Hasta ahi, correcto.
Y acá, el detalle: artista novel y leyenda siempre intercambian unas palabras fuera de micrófono. Siempre, si saben lo que hacen ¿Por qué?
La respuesta es: para dejarnos con la duda.
Imaginen si, con el microfono abierto, el artista x le dice a León "León, gracias, después arreglamos el cachet con tu representante". O bien, "Maestro, la primera que aprendí en la criolla fue 'Sólo le pido a Dios'"; ó "Gracias por venir". Lo que sea, probablemente sea evaluado por el público de modo negativo. Si el comentario es amistoso, pensarán que usted se hace el amigo de la estrella cuando en verdad ni lo conoce. Si es excesivamente respetuoso, lo tratarán de pichi. Y así.
Es fundamental que, en ese caso, los comentarios entre frontman e invitado sean en off. De esta manera, no sólo no sabremos que dijeron, sino que además, el límite para dichas palabras será la inventiva de cada uno.
Y, reconozcámoslo, la inventiva suele crear historias mucho más interesantes que la realidad.
lunes, 10 de noviembre de 2014
All toghether now
La frase que utiliza el cantante es: "y cómo dice?" Con eso, en general, entra el estribillo, cantado por el público presente, sean los 10 de un fogón o las 80 mil personas de un estadio.
Sería imprudente decir que sin estribillo no hay canción. Hay buenas canciones sin un estribillo definido, pero son la minoría, especialmente en el ámbito de la música popular. Mi profesor de música de la secundaria nos hacía identificar los pequeños temas que se iban repitiendo a lo largo de sonatas, sinfonías y conciertos, para luego realizar el mismo laburo con canciones populares. Pienso en el tema del cuarto movimiento del la 9na sinfonía de Beethoven, como va y viene y se repite con variaciones a lo largo de la obra, y no puedo evitar pensar en una especie de estribillo.
Lo que quiero decir es que, justo antes de que el coro soltara su "Himno a la Alegría", Beethoven probablemente exclamara: "¿Y cómo dice?".
Mucho más acá en el tiempo, e intentando (si todavía es posible) no hablar demasiado de lo que sabemos poco o nada, podemos decir que independientemente del tipo o el estilo de música que nos guste, solemos atesorar estribillos. De ahi que sean partes fundamentales de las canciones, no sólo en cuanto a melodía sino en cuanto a cómo "calzan" en la canción. Si el estribillo "entra" con fuerza, la canción será memorable (lo que no significa "buena", pero esa es una discusión más larga).
Vamos con el primer tema.
Como ven, no estamos refiriéndonos necesariamente a las grandes bandas de la historia de la música. Adele, una gran cantante, y su primer gran hit, son un ejemplo de como el estribillo, sin desentonar, rompe con la estrofa y agrega potencia. En esto, además del caño de Adele, tienen que ver la instrumentación, el coro que aparece atrás, y ese "pre estribillo", una especie de puente con la estrofa, que te dice "ojo, el tema explota enseguida".
Los Stones cantan dos estrofas en el mismo tono. O sea, la canción no tiene cambios de acorde en los primeros 45 segundos. Y de repente va a menor y "you're not the only one...". En el manual de estribillos de rock esta el video de este tema.
Hay algo impresionante de este video. Run to the Hills es, quizás, el clásico más clásico de Maiden, el tema que hasta los fanáticos de Luis Miguel tararearon alguna vez. Pero en esta versión de Rock In Río se demuestra lo que decimos de los estribillos: 200 mil personas cantan "Run to the Hills/Run for your Life" con tanta potencia que se vuela el escenario. Es un poco el deseo de todo músico a la hora de componer: que la gente estalle atrás de un estribo.
Bonus Track:
Una banda nueva, incipiente, aunque hace mucho que tocan. Y además, son grandes amigos. Parco Milflores, entre sus muchas buenas canciones, nos regala un estribillo GE-NIAL en "Extraterrestres":
http://parcomilflores.bandcamp.com/track/extraterrestres
La batería acorta tiempos justo antes del estribillo, y entra junto con viola y coros con todo. Chusmeen ese bandcamp, no se van a arrepentir.
Sería imprudente decir que sin estribillo no hay canción. Hay buenas canciones sin un estribillo definido, pero son la minoría, especialmente en el ámbito de la música popular. Mi profesor de música de la secundaria nos hacía identificar los pequeños temas que se iban repitiendo a lo largo de sonatas, sinfonías y conciertos, para luego realizar el mismo laburo con canciones populares. Pienso en el tema del cuarto movimiento del la 9na sinfonía de Beethoven, como va y viene y se repite con variaciones a lo largo de la obra, y no puedo evitar pensar en una especie de estribillo.
Lo que quiero decir es que, justo antes de que el coro soltara su "Himno a la Alegría", Beethoven probablemente exclamara: "¿Y cómo dice?".
Mucho más acá en el tiempo, e intentando (si todavía es posible) no hablar demasiado de lo que sabemos poco o nada, podemos decir que independientemente del tipo o el estilo de música que nos guste, solemos atesorar estribillos. De ahi que sean partes fundamentales de las canciones, no sólo en cuanto a melodía sino en cuanto a cómo "calzan" en la canción. Si el estribillo "entra" con fuerza, la canción será memorable (lo que no significa "buena", pero esa es una discusión más larga).
Vamos con el primer tema.
Como ven, no estamos refiriéndonos necesariamente a las grandes bandas de la historia de la música. Adele, una gran cantante, y su primer gran hit, son un ejemplo de como el estribillo, sin desentonar, rompe con la estrofa y agrega potencia. En esto, además del caño de Adele, tienen que ver la instrumentación, el coro que aparece atrás, y ese "pre estribillo", una especie de puente con la estrofa, que te dice "ojo, el tema explota enseguida".
Los Stones cantan dos estrofas en el mismo tono. O sea, la canción no tiene cambios de acorde en los primeros 45 segundos. Y de repente va a menor y "you're not the only one...". En el manual de estribillos de rock esta el video de este tema.
Hay algo impresionante de este video. Run to the Hills es, quizás, el clásico más clásico de Maiden, el tema que hasta los fanáticos de Luis Miguel tararearon alguna vez. Pero en esta versión de Rock In Río se demuestra lo que decimos de los estribillos: 200 mil personas cantan "Run to the Hills/Run for your Life" con tanta potencia que se vuela el escenario. Es un poco el deseo de todo músico a la hora de componer: que la gente estalle atrás de un estribo.
Bonus Track:
Una banda nueva, incipiente, aunque hace mucho que tocan. Y además, son grandes amigos. Parco Milflores, entre sus muchas buenas canciones, nos regala un estribillo GE-NIAL en "Extraterrestres":
http://parcomilflores.bandcamp.com/track/extraterrestres
La batería acorta tiempos justo antes del estribillo, y entra junto con viola y coros con todo. Chusmeen ese bandcamp, no se van a arrepentir.
sábado, 1 de noviembre de 2014
De las aventuras del ciudadano en el CGP; Relato Épico
(Continuamos con el relato iniciado en el post anterior)
El primer intento de anotar a nuestra hija en el Registro Civil había fallado en toda línea. Teníamos que volver a sacar turno, y llevar papeles que acreditaran que el apellido de mi señora era el que efectivamente es. Así lo hicimos. Fotocopias de la partida de nacimiento, y un viejo "DNI libretita verde" que tenía el apellido bien escrito, con diéresis.
Fuimos de nuevo al CGP lejano, en el nuevo turno que nos dieron, el jueves 30 de octubre, a las 10 AM. Y aquí empieza el verdadero viaje, la real e intensa odisea.
Nos dieron el número 7, e iban por el 3. Basado en experiencias anteriores, calculé que no ibamos a ser atendidos en menos de 1 hora. Esta vez estábamos los 3 porque, en teoría, foto y huellas dactilares mediante, salíamos con el trámite terminado. Así que mi hija, con menos de 4 semanas en este mundo, se dispuso a realizar por primera vez una actividad que, en el futuro, será corriente: hacer cola.
En mi sesión anterior yo había mandado sendos tuits a los responsables políticos de semejante despropósito administrativo, pero no había recibido respuesta, así que ni me gasté. Las 10 se hicieron las 11. Y a las 11, finalmente, nos llamaron.
Una empleada nos recibió y nos hizo pasar a un escritorio. Allí nos explicó "esta máquina está rota, así que yo les hago todo el papeleo, y después los llama una compañera mía y les hace la carga". Los papeles pasaron, y el DNI verde más la partida zanjaron el problema de la diéresis, que había sido el motivo por el que tuvimos que volver. Las cosas parecían mejorar.
"Tengan un poquito de paciencia y ya los llama mi compañera", nos dijeron. Ese poquito fue un rato, pero a eso de las 11.20 pasamos a una de las computadoras que si andaba.
Empezó la carga informatizada de los datos, al cabo de los cuáles, en teoría, teniamos que pasar a un control de los datos y a terminar foto y huellas. Pero en el interín, surgió un primer problema:
La diéresis.
¿Se acuerdan que la empleada se ufanó de haber hecho un montón de DNI con diéresis? Bueno, resulta que, en este caso, las diéresis sólo salían en minúscula. No había forma de ponerlo en mayúsculas. O sea que aquello tan sencillo, tan rutinario, tan común, se había transformado, nuevamente, en un problema.
"Sólo me queda en minúscula" se resignó la empleada, mientras que la que en la anterior jornada había dicho que era fácil, ahora no podía ayudar, aunque insistía: "en mi máquina si se puede". Aceptamos la minúscula. A todo esto, habían pasado las 12 del mediodía. Pero entonces sucedió otra cosa: a la señora se le colgó la máquina, quizás ofendida por haberla puteado tanto.
En el interín, la señora nos explicó cómo funcionan los turnos. Dan 3 por hora, pero suelen tener problemas con las máquinas, por lo que, para las 10, ya están atrasadas. Esto significa que el atraso se acumula.
"Yo le escribí tuits al jefe de gobierno, pero no respondió", dije. "Lo malo no lo responde" me dijeron los empleados, "pero capaz va a tomar mate a tu casa". En un papelito en la caja anunciaba que todos los trabajadores estaban en estado de asamblea por falta de compromisos laborales cumplidos.
La máquina se descolgó, terminó la carga, salieron los papeles impresos, y entonces nos pidieron que esperemos a que el juez de paz firmara todo, para avanzar. El juez de paz se fue cuando cantaron el número 49, y volvió en el 60. Esto implica que varias personas tuvieron que volver a sacar número, porque el que tenían pasó sin haber firmado los papeles. Gracias a jebús, teníamos el 63.
Alrededor de 12.20 cantaron mi número, me hicieron el control de datos y quedamos listos para el final del trámite. Este consiste en un box en donde te vuelven a preguntar un montón de cosas que ya repetiste, marcan los pulgares de ambas manos, y sacan foto del niño/a.
Y en ese momento, las palabras fatales, que marcarán a las generaciones venideras a sangre y fuego:
"Se cayó el sistema".
Aproximadamente a las 12.30, el sistema de todos los CGP de toda la Capital Federal se cayó. Al menos, eso dijeron. Y sugirieron que, si bien suele volver rápido, cuando se cae en todos al mismo tiempo "a veces ni vuelve".
Desolación. En ese momento, después de 2 citas, un total de 3 horas y media y contando, 4 números, varias colas y más de 100 mangos de estacionamiento, el trámite seguía sin terminar, y amenazaba con no terminar nunca. Mi hija aguantaba estóicamente, sin llorar, pero yo estaba al borde de las lágrimas.
Nos debatimos respecto de irnos, quedarnos, esperar, dinamitar todo; incluso especulamos con gritar "Y ahora, quién podrá defendernos?" a la espera de que Gómez Bolaños aparezca de atrás de una columna
... y en esos 45 minutos volvió el sistema!! VOLVIÓ, VAMOS CARAJO!!!!!!!!!
30 minutos más y afortunadamente llegamos a destino. "El DNI les va a llegar a su domicilio en 15 o 20 días hábiles".
13.30 fue el horario de salida.
Sé que a pesar del disclaimer con el que empezó el post pasado, muchos pensarán que esto es una chicana para con el Gobierno de la Ciudad. Y tienen razón. Es contra quienes gobiernan desde el Ejecutivo, desde el Legislativo, desde el Judicial; desde el oficialismo y la oposición. Y es también contra las demás dependencias, que a lo largo de los años me han tenido esperando en colas, sean radicales, peronistas, PRO o hinchas de Atlanta.
Y sobre todo es contra los que nos seguimos bancando que nos boludeen.
UPDATE: Llegó el DNI. En el plástico, la Ö aparece en mayúsculas...
El primer intento de anotar a nuestra hija en el Registro Civil había fallado en toda línea. Teníamos que volver a sacar turno, y llevar papeles que acreditaran que el apellido de mi señora era el que efectivamente es. Así lo hicimos. Fotocopias de la partida de nacimiento, y un viejo "DNI libretita verde" que tenía el apellido bien escrito, con diéresis.
Fuimos de nuevo al CGP lejano, en el nuevo turno que nos dieron, el jueves 30 de octubre, a las 10 AM. Y aquí empieza el verdadero viaje, la real e intensa odisea.
Nos dieron el número 7, e iban por el 3. Basado en experiencias anteriores, calculé que no ibamos a ser atendidos en menos de 1 hora. Esta vez estábamos los 3 porque, en teoría, foto y huellas dactilares mediante, salíamos con el trámite terminado. Así que mi hija, con menos de 4 semanas en este mundo, se dispuso a realizar por primera vez una actividad que, en el futuro, será corriente: hacer cola.
En mi sesión anterior yo había mandado sendos tuits a los responsables políticos de semejante despropósito administrativo, pero no había recibido respuesta, así que ni me gasté. Las 10 se hicieron las 11. Y a las 11, finalmente, nos llamaron.
Una empleada nos recibió y nos hizo pasar a un escritorio. Allí nos explicó "esta máquina está rota, así que yo les hago todo el papeleo, y después los llama una compañera mía y les hace la carga". Los papeles pasaron, y el DNI verde más la partida zanjaron el problema de la diéresis, que había sido el motivo por el que tuvimos que volver. Las cosas parecían mejorar.
"Tengan un poquito de paciencia y ya los llama mi compañera", nos dijeron. Ese poquito fue un rato, pero a eso de las 11.20 pasamos a una de las computadoras que si andaba.
Empezó la carga informatizada de los datos, al cabo de los cuáles, en teoría, teniamos que pasar a un control de los datos y a terminar foto y huellas. Pero en el interín, surgió un primer problema:
La diéresis.
¿Se acuerdan que la empleada se ufanó de haber hecho un montón de DNI con diéresis? Bueno, resulta que, en este caso, las diéresis sólo salían en minúscula. No había forma de ponerlo en mayúsculas. O sea que aquello tan sencillo, tan rutinario, tan común, se había transformado, nuevamente, en un problema.
"Sólo me queda en minúscula" se resignó la empleada, mientras que la que en la anterior jornada había dicho que era fácil, ahora no podía ayudar, aunque insistía: "en mi máquina si se puede". Aceptamos la minúscula. A todo esto, habían pasado las 12 del mediodía. Pero entonces sucedió otra cosa: a la señora se le colgó la máquina, quizás ofendida por haberla puteado tanto.
En el interín, la señora nos explicó cómo funcionan los turnos. Dan 3 por hora, pero suelen tener problemas con las máquinas, por lo que, para las 10, ya están atrasadas. Esto significa que el atraso se acumula.
"Yo le escribí tuits al jefe de gobierno, pero no respondió", dije. "Lo malo no lo responde" me dijeron los empleados, "pero capaz va a tomar mate a tu casa". En un papelito en la caja anunciaba que todos los trabajadores estaban en estado de asamblea por falta de compromisos laborales cumplidos.
La máquina se descolgó, terminó la carga, salieron los papeles impresos, y entonces nos pidieron que esperemos a que el juez de paz firmara todo, para avanzar. El juez de paz se fue cuando cantaron el número 49, y volvió en el 60. Esto implica que varias personas tuvieron que volver a sacar número, porque el que tenían pasó sin haber firmado los papeles. Gracias a jebús, teníamos el 63.
Alrededor de 12.20 cantaron mi número, me hicieron el control de datos y quedamos listos para el final del trámite. Este consiste en un box en donde te vuelven a preguntar un montón de cosas que ya repetiste, marcan los pulgares de ambas manos, y sacan foto del niño/a.
Y en ese momento, las palabras fatales, que marcarán a las generaciones venideras a sangre y fuego:
"Se cayó el sistema".
Aproximadamente a las 12.30, el sistema de todos los CGP de toda la Capital Federal se cayó. Al menos, eso dijeron. Y sugirieron que, si bien suele volver rápido, cuando se cae en todos al mismo tiempo "a veces ni vuelve".
Desolación. En ese momento, después de 2 citas, un total de 3 horas y media y contando, 4 números, varias colas y más de 100 mangos de estacionamiento, el trámite seguía sin terminar, y amenazaba con no terminar nunca. Mi hija aguantaba estóicamente, sin llorar, pero yo estaba al borde de las lágrimas.
Nos debatimos respecto de irnos, quedarnos, esperar, dinamitar todo; incluso especulamos con gritar "Y ahora, quién podrá defendernos?" a la espera de que Gómez Bolaños aparezca de atrás de una columna
... y en esos 45 minutos volvió el sistema!! VOLVIÓ, VAMOS CARAJO!!!!!!!!!
30 minutos más y afortunadamente llegamos a destino. "El DNI les va a llegar a su domicilio en 15 o 20 días hábiles".
13.30 fue el horario de salida.
Sé que a pesar del disclaimer con el que empezó el post pasado, muchos pensarán que esto es una chicana para con el Gobierno de la Ciudad. Y tienen razón. Es contra quienes gobiernan desde el Ejecutivo, desde el Legislativo, desde el Judicial; desde el oficialismo y la oposición. Y es también contra las demás dependencias, que a lo largo de los años me han tenido esperando en colas, sean radicales, peronistas, PRO o hinchas de Atlanta.
Y sobre todo es contra los que nos seguimos bancando que nos boludeen.
UPDATE: Llegó el DNI. En el plástico, la Ö aparece en mayúsculas...
viernes, 31 de octubre de 2014
De las aventuras del ciudadano en el CGP; Relato Épico
(Ni siquiera me voy a calentar por hacer un disclaimer anti-chicana al inicio de este post. Lo que me pasó y contaré a continuación sucedió en un CGP de la Ciudad de Buenos Aires. Es un ejemplo de tantos, que pasan en diferentes municipios, en diferentes jursidicciones provinciales y nacionales, a lo largo y a lo ancho del país. Quién quiera leer una solapada crítica partidaria, allá él).
Una de las cosas indispensables con un recién nacido es anotarlo en el Registro de las Personas. O sea, más allá de su existencia física, hay que dar cuenta jurídica de la nueva personita. Por supuesto, este es un trámite que realizan los padres, salvo excepciones que no hacen a la historia.
Voy a contar la odisea en dos partes.
La primera sucedió el lunes 20 de octubre. En la Ciudad de Buenos Aires, los centros de salud envían los papeles de nacimiento al CGP que corresponde a cada centro. De esta manera, obligan a los padres a hacer el trámite correspondiente, porque si no lo hacen los hijos no tienen papeles.
O sea, si uno vive en Barracas y tiene a su hijo en un Hospital de Saavedra, tiene que ir al CGP de Saavedra a anotarlo, aunque en los papeles figura la dirección de uno. Para eso, tiene que entrar a internet y sacar un turno. El turno consiste de un día y una hora específicas.
Claro, los hospitales podrían enviarlo a su CGP, y que cada CGP digitalice la información, a fin de que esté disponible en cualquiera de ellos. O podría enviar el certificado de nacimiento al CGP del domicilio de la familia. En fin.
El turno era para el lunes 20 de octubre a las 13 horas. La precisión del turno sugería cierta puntualidad. Así que allí estuvimos, madre y padre, a las 12.50.
Nos sorprendió la cola. La idea original era que, con un turno, no habría que sacar un nuevo número. Pero si. Entendimos entonces que quizás daban el mismo horario a varias personas a los efectos de distribuir los asistentes de modo más uniforme, y luego daban número.
Nos atendieron a las 14 hs. En el lapso de esos 60 minutos, pasaron 2 números. O sea, 2 trámites. Evidentemente, el cálculo utilizado para la distribución de los asistentes estaba fallando. Pero ya les contaré más sobre eso, más adelante.
Cuando nos atendieron presentamos todos los papeles. Entonces, la señora que nos atendía preguntó si el apellido de mi pareja tenía diéresis. Sucede que en el DNI de mi significant other los dos puntitos no aparecen. Esto es porque cuando ella renovó su DNI le dijeron que, por un problema de impresión, la diéresis no sale, pero figura en el padrón. "Quedate tranquila" le dijeron.
Pero no.
"Yo no le puedo poner tu apellido con diéresis si en el DNI no la tiene" sentenció la empleada del CGP. "En el Registro me dijeron que no sale" respondimos. "¡Como no va a salir! Yo hago un montón de DNI con los puntitos" se ufanó entonces la señora.
Imaginen si, luego de 15 días de lidiar con un recién nacido, alguien les dice tras esperar más de una hora que tu DNI no sirve, y que no podés hacer un trámite porque un empleado dice una cosa y otro dice otra. Que no podés anotar a tu hija, y que además tenés que hacerte un documento nuevo.
Moraleja: Había que sacar un nuevo turno, y hacer una fotocopia de la partida de nacimiento, en donde el apellido saliera tal y cómo es.
Sepan que sucedió en la siguiente cita en la próxima entrega de éste blog...
Una de las cosas indispensables con un recién nacido es anotarlo en el Registro de las Personas. O sea, más allá de su existencia física, hay que dar cuenta jurídica de la nueva personita. Por supuesto, este es un trámite que realizan los padres, salvo excepciones que no hacen a la historia.
Voy a contar la odisea en dos partes.
La primera sucedió el lunes 20 de octubre. En la Ciudad de Buenos Aires, los centros de salud envían los papeles de nacimiento al CGP que corresponde a cada centro. De esta manera, obligan a los padres a hacer el trámite correspondiente, porque si no lo hacen los hijos no tienen papeles.
O sea, si uno vive en Barracas y tiene a su hijo en un Hospital de Saavedra, tiene que ir al CGP de Saavedra a anotarlo, aunque en los papeles figura la dirección de uno. Para eso, tiene que entrar a internet y sacar un turno. El turno consiste de un día y una hora específicas.
Claro, los hospitales podrían enviarlo a su CGP, y que cada CGP digitalice la información, a fin de que esté disponible en cualquiera de ellos. O podría enviar el certificado de nacimiento al CGP del domicilio de la familia. En fin.
El turno era para el lunes 20 de octubre a las 13 horas. La precisión del turno sugería cierta puntualidad. Así que allí estuvimos, madre y padre, a las 12.50.
Nos sorprendió la cola. La idea original era que, con un turno, no habría que sacar un nuevo número. Pero si. Entendimos entonces que quizás daban el mismo horario a varias personas a los efectos de distribuir los asistentes de modo más uniforme, y luego daban número.
Nos atendieron a las 14 hs. En el lapso de esos 60 minutos, pasaron 2 números. O sea, 2 trámites. Evidentemente, el cálculo utilizado para la distribución de los asistentes estaba fallando. Pero ya les contaré más sobre eso, más adelante.
Cuando nos atendieron presentamos todos los papeles. Entonces, la señora que nos atendía preguntó si el apellido de mi pareja tenía diéresis. Sucede que en el DNI de mi significant other los dos puntitos no aparecen. Esto es porque cuando ella renovó su DNI le dijeron que, por un problema de impresión, la diéresis no sale, pero figura en el padrón. "Quedate tranquila" le dijeron.
Pero no.
"Yo no le puedo poner tu apellido con diéresis si en el DNI no la tiene" sentenció la empleada del CGP. "En el Registro me dijeron que no sale" respondimos. "¡Como no va a salir! Yo hago un montón de DNI con los puntitos" se ufanó entonces la señora.
Imaginen si, luego de 15 días de lidiar con un recién nacido, alguien les dice tras esperar más de una hora que tu DNI no sirve, y que no podés hacer un trámite porque un empleado dice una cosa y otro dice otra. Que no podés anotar a tu hija, y que además tenés que hacerte un documento nuevo.
Moraleja: Había que sacar un nuevo turno, y hacer una fotocopia de la partida de nacimiento, en donde el apellido saliera tal y cómo es.
Sepan que sucedió en la siguiente cita en la próxima entrega de éste blog...
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