Este es un dato pequeño, que les regalo a todos los artistas de escenario.
Digamos que usted es cantante o frontman de una banda de música. Incipiente, interesante, con seguidores en aumento, quizás a las puertas del éxito o dando los primeros pasos dentro de la fama. Durante un show invita a compartir el escenario a un ya célebre músico, con un recorrido mucho más amplio (suponga ud, León Gieco).
La pregunta es: ¿Cuál sería su actitud?
Antes de darle la respuesta, lo invito a pensar (Gracias Adrián Paenza!) Haga memoria de los momentos en los que, como expectador, vio escenas semejantes. "Es un honor para nosotros recibir en el escenario a un maestro de la música argentina, con ustedes León Gieco" o frase similar, y aparece, con la armónica colgada, León, desde una bambalina. Hasta ahi, correcto.
Y acá, el detalle: artista novel y leyenda siempre intercambian unas palabras fuera de micrófono. Siempre, si saben lo que hacen ¿Por qué?
La respuesta es: para dejarnos con la duda.
Imaginen si, con el microfono abierto, el artista x le dice a León "León, gracias, después arreglamos el cachet con tu representante". O bien, "Maestro, la primera que aprendí en la criolla fue 'Sólo le pido a Dios'"; ó "Gracias por venir". Lo que sea, probablemente sea evaluado por el público de modo negativo. Si el comentario es amistoso, pensarán que usted se hace el amigo de la estrella cuando en verdad ni lo conoce. Si es excesivamente respetuoso, lo tratarán de pichi. Y así.
Es fundamental que, en ese caso, los comentarios entre frontman e invitado sean en off. De esta manera, no sólo no sabremos que dijeron, sino que además, el límite para dichas palabras será la inventiva de cada uno.
Y, reconozcámoslo, la inventiva suele crear historias mucho más interesantes que la realidad.
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