miércoles, 7 de noviembre de 2012

What it is


"I know that political campaigns can sometimes seem small, even silly. And that provides plenty of fodder for the cynics that tell us that politics is nothing more than a contest of egos or the domain of special interests. But if you ever get the chance to talk to folks who turned out at our rallies and crowded along a rope line in a high school gym, or saw folks working late in a campaign office in some tiny county far away from home, you’ll discover something else.
 
OBAMA: You’ll hear the determination in the voice of a young field organizer who’s working his way through college and wants to make sure every child has that same opportunity.

You’ll hear the pride in the voice of a volunteer who’s going door to door because her brother was finally hired when the local auto plant added another shift.

You’ll hear the deep patriotism in the voice of a military spouse whose working the phones late at night to make sure that no one who fights for this country ever has to fight for a job or a roof over their head when they come home.


That’s why we do this. That’s what politics can be."

(Traducción: Se que las campañas políticas pueden parecer pequeñas, incluso tontas. Y eso provee de alimento a los cínicos que nos dicen que la política no es más que un concurso de egos o los dominios de intereses especiales. Pero si alguna vez tienen la chance de hablar con las personas que vinierons a nuestros mitines y se agolparon a lo largo de una línea de soga en un gimnasio, o si vieron a personas trabajando tarde en una oficina de campaña en un condado lejos de su casa, descubrirán algo más.
Oirán la determinación en la voz de un joven organizador que está trabajando para pagarse la universidad y quiere asegurarse de que todos los niños tengan la misma oportunidad. Oirán el orgullo en la voz de un voluntario que va puerta a puerta porque su hermano finalmente fue contratado cuando la planta automotriz local agregó otro turno. Oirán el patriotismo en la voz de la esposa de un militar que está trabajando en los teléfonos a la noche para asegurarse de que nadie que pelee por este país tenga también que pelear por un trabajo o un techo cuando vuelvan a casa. Por eso hacemos esto. Eso es lo que la política puede ser")

Esto es un extracto del discurso de Obama, ayer, en Chicago. 

Es clave, pero clave, el potencial. ESTO ES LO QUE LA POLÍTICA PUEDE SER. 

Es eso lo que la política ES?

martes, 6 de noviembre de 2012

Hey, Kid, Come, Vote!

Hoy hay elecciones en los Estados Unidos. El presidente de la economía más grande del mundo, hasta ahora.

(Apuesto a que muchos de ustedes no saben cuándo o si hay elecciones en otros países del mundo. Yo tampoco)

Se viene hablando y se seguirá hablando, hoy y en los próximos días, de los competidores, de los posibles resultados, y, principalmente, de las reprecusiones que una u otra boletas puedan tener en el futuro de la Argentina. Se mencionarán las palabras "intercambio comercial", "inversión extranjera directa", "fondos buitres", y tantas más.

Se harán sesudos análisis, y se concluirá lo siguiente: a Los Estados Unidos, lo que más le importa son los Estados Unidos.

 - ¿Pero entonces que hacemos hablando de las elecciones de unos tipos a los que no les importamos? - dirán, no sin razón, ustedes.


Y la respuesta es que lo que haga Estados Unidos, le importemos o no, modificará seguramente la realidad global. Así como, si a USA no le importa la paz, habrá guerra, y si no le calienta el medioambiente no habrá protocolo que valga, así el resto de la realidad global se irá moldeando, en gran parte, en función de lo que a USA le importa o no. Este es el pragmatismo que hace que Estados Unidos le compre petróleo a Venezuela e instale empresas en China. Negocios son Negocios. Y para USA, todo lo es.

Por eso preferimos que gane Obama. No creemos que ningún político estadounidense sea más benévolo con la Argentina (si lo merecemos o no, es otra cuestión). No creemos que ninguno tome partido por nosotros en, por ejemplo, el tema Malvinas. Pero estamos seguros de que, en las cosas que le importan al mundo, el demócrata será más tolerable que el republicano.

Porque USA puede darse el lujo de que sólo le importe USA.

Foto

jueves, 1 de noviembre de 2012

Wrong

En la sesión de Diputados de ayer pasó de todo. Y acá, tristemente, laburamos, así que no podemos encarar de todo.

Primero, una mención: no nos gustó la intervención del diputado Andrés Larroque. Es, inicialmente, una falta de respeto. Además, es políticamente lamentable, porque impidió que una ley importante como la del voto a los 16 saliera con un respaldo más amplio. Por si esto fuera poco, facilitó que se moviera el eje informativo desde la sanción de la ley al escándalo en el recinto.

Segundo, desde acá creemos que el voto a los 16, en las condiciones en las que están los adolescentes hoy, es poner el carro adelante del caballo. Nos parece que, para que chicos de 16 años puedan ejercer plenamente su derecho, tienen que tener ciertas herramientas que hoy no tienen. Y no porque no puedan tenerlas (de hecho, muchos han demostrado ser capaces de tomar escuelas, cortar calles y enfrentarse a dirigentes políticos en busca de defender sus derechos) sino porque el acceso a esas herramientas no está garantizado, y es desigual. Este, claro, es un debate que da para laaaargo. Y que debería haberse dado en instancias variadas.

En fin, en lo que vamos a hacer centro es en lo siguiente: Larroque dijo "He leído sobre el socialismo científico, sobre el socialismo utópico. Pero nunca había escuchado a hablar del narcosocialismo". Frente a esto,  Página 12 asegura que los diputados de las demás fuerzas se retiraron del recinto cuando Larroque "replicó duramente los cuestionamientos de la oposición".


Mmmm, no. No replicó duramente. Se retiraron del recinto cuando les dijo narcos. Y esto está reforzado por el hecho de que muchos de los que se retiraron iban a votar a favor del proyecto, por lo que no tenían cuestionamientos demasiado serios.

Salvo, claro, que aquí no entendamos bien lo que significa réplica, y la diferencia que tiene con "insulto", o "chicana", o "basureo".

miércoles, 31 de octubre de 2012

No sean giles, no sean...

Paul McCartney sale en una entrevista a decir que Yoko Ono no fue la culpable de la separación de Los Beatles. Como vemos en esta nota, Macca le tira algunas florcillas por encima a Yoko, y dice que John se iba a ir de la banda de todas maneras. Además lo liquida a Allen Klein, de quién ya hablaremos.

Peeeeeeeeeeero, hete aquí que pasan dos cosas: primero, extraemos del diario El Mundo On Line: "Cuando apareció, parte de su atractivo fue su parte más vanguardista, su visión de las cosas. Ella le enseñó una forma diferente de ser, que le resultaba muy atractiva. Por eso, era el momento de John para irse". La frase es significativa.

Y más aún, en los comentarios de la nota de arriba, aparece un comentario escrito por alguien que se identifica como Ro Man, que dice esto: "paul con esto le quita credito a la importancia de yoko, es decir, "no nos separamos por una ponja" , es una declaracion astuta, y que los deja bien parados".

Coincidimos con Ro Man.  Es muy de Paul intentar quedar bien y al mismo tiempo ningunear la importancia de Yoko. Si la banda estaba en declive (es cierto, lo estaba) y no aparecía ningún detonante, quizás las cosas se enderezaban, o se rompían en otro momento, de otra manera, sin puteadas cruzadas, sin esos odios que duraron por casi una década. Y es un hecho que muchas de esas puteadas cruzadas eran idea de Yoko.

Entonces, lo que Paul dice es "Yoko no fue la UNICA culpable". No olviden que Macca es inglés.

martes, 23 de octubre de 2012

The World is Not Enough

Terminaron los debates presidenciales en los Estados Unidos. Esto marca, de alguna manera, la recta final en las elecciones norteamericanas, y deja cada vez menos espacio para que se modifiquen las tendencias. O sea, si algún Herminio quiere incendiar un cajón, es ahora.

Pero ese no es el tema que nos ocupa. En el primer debate ganó Mitt Romney, candidato republicano, y el actual presidente hizo papelones. El segundo y el tercero, realizados el martes pasado y ayer, respectivamente, los ganó Obama, aunque se intuye que esto no hará mella en el terreno ganado por el retador en el primero. La elección es muy pareja. Pero muy.

Sin embargo, este tampoco es el tema que nos concierne acá. La cosa viene por otro lado. Ayer fue el debate en el que los candidatos debían centrarse en política exterior. A ese respecto, varios analistas afirmaron que la carrera no está basada en el mundo (Washington Post y Financial Times) sino en la política interna.

Y este, amigos, es nuestro tema. Más allá de China, de Medio Oriente, o de lo que sea, a Estados Unidos le preocupa Estados Unidos. Especialmente en momentos como el actual, en que las papas queman, y la crisis aprieta.

No creo que ningún candidato a presidente (ni en USA ni en ningún lado) vaya a ganar muchos votos por su política externa en un país con poco crecimiento y mucha desocupación. Obama y Mitt Romney, a diferencia de lo que ellos pretenden, no defienden dos modos distintos de manejar a la economía más grande del mundo. Ambos tienen los mismos objetivos, y les importan las mismas cosas, y se cagan en las mismas cosas, en líneas generales. La única diferencia es como dicen que van a hacerlo. Pero sus objetivos no cambian.

Esto suena lógico. Pero hay que recordar que muchos de los objetivos de los EE.UU. se llevan a las trompadas con lo que es bueno para el resto del mundo. Ahi, Obama y Romney tampoco difieren demasiado.

Ni Romney ni Obama hablaron mucho de China, por ejemplo. Un tema que económicamente les quita el sueño, porque los chinos están fabricando los chiches tecnológicos a los que son tan adeptos, pasó sin embargo desapercibido en política exterior. Ni que hablar de Europa. Menos que menos, América Latina.

No es anormal, suponemos, que un país en crisis mire para adentro. Ha pasado en crisis anteriores, y volverá a suceder en las futuras. Solamente remarcamos ese dato: a Estados Unidos, el mundo le importa un bledo.

Preferimos a Obama, claro. No es que nos enloquezca, pero nos da la impresión de que puede ser mejor que cualquier republicano. Desafortunadamente, aunque esta elección puede modificar el futuro del mundo, solo votan ellos. Este, parece, tampoco es nuestro problema.

martes, 16 de octubre de 2012

It just ain't so


"No es lo que no sabes lo que te causa problemas, es lo que sabes con certeza y no es así." 
Mark Twain


"No vamos a dejar que nuestra campaña sea dictada por los chequeadores de datos". La frase pertenece a Neil Newhouse, un encuestador que trabaja con el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Mitt Romney. Newhouse se refiere a una intensa moda en el periodismo norteamericano, en la que muchas publicaciones tienen un equipo de "chequeadores" (Fact-Checkers) que analizan las cosas que los personajes dicen en público, y les asignan un nivel de verdad (o de frutes).

La nota linkeada arriba (en inglés) muestra que, a pesar del crecimiento de los chequeadores en publicaciones de diversa magnitud, desde el Washington Post hasta pequeños sitios web, las mentiras y exageraciones siguen existiendo.

Esta nota del New York Times (inglés) lo resume. "No les importa (mentir) porque consigue votos", dice Brooks Jackson, director de FactCheck.org, un proyecto de la Universidad de Pensilvania.  Muchas veces la cantidad de declaraciones es tal que es imposible chequearlas todas. Además, las redes sociales, los blogs y el resto de las herramientas virtuales hacen, al mismo tiempo, más sencilla la existencia de sitios de chequeo de datos, y también la creación de sitios partidarios que lanzan consignas como si fuesen ciertas. Brendan Nyhan, profesor del Dartmouth College, aclara, en la nota linkeada, que el calificativo de "chequeo de datos" puede ser agregado a cualquier comentario de cualquier clase. En definitiva, quién chequea al chequeo.

Y acá vamos a un dato interesante. Traduzco textual del NYT: "La confianza en los viejos árbitros, los medios masivos, cayó precipitadamente en décadas recientes: el porcentaje de norteamericanos que confía en que los diarios, la TV y la radio reportan las noticias acertadamente y con justicia cayó al 43% en 2012, desde el 72% en 1976, de acuerdo a una encuesta de Gallup."

O sea: los políticos hablan. Quienes simpatizan con ellos, les creen. Quienes no, creen que mienten ¿Quiénes podrían dirimir eso? Los medios. Pero a los medios tampoco les cree nadie. Surgen, claro, una serie de preguntas ¿Los medios están para dirimir eso? ¿Es esa la función? Volveremos a ello luego.

Por otro lado, ante esta evidencia, no sorprende que sea cada vez más difícil tener una charla de política. En tanto existan bandos en lugar de opiniones, seguirá siendo complicado. Y esto tampoco implica conceder cosas con las que no se está de acuerdo. Es válido que una discusión termine con dos personas pensando que la otra está equivocada, y que eso no implique peleas a muerte (obvio, uno tiende a ser amigo de quienes piensan como uno en cuestiones básicas, pero ese es otro tema).

Lo más preocupante no es eso. Lo más preocupante es que, a esta altura, no importa que es cierto y que no. Eso es gravísimo.

Hasta hace un tiempo se hacía difícil comprender los episodios en toda su magnitud; en parte por la multiplicación de voces, en parte por el cambio de lenguaje que implicó la virtualidad, creemos nosotros. Pero ahora ya ni calienta.

Y con esto introduzco lo siguiente: ¿cuántos diarios argentinos tienen una sección de chequeo? Si me apuran, ninguno. Sólo La Nación levanta datos del sitio Chequeado.com, un sitio muy bueno que recomiendo fervientemente. Arriesgo: a los diarios tampoco les calienta. Por eso no chequean. Porque a nadie le importa, entonces no es vital para la venta de publicidad.

Entonces, la multiplicación del acceso a la información obliga a incorporar mejores herramientas en la aprehensión de esos datos. Sino, el volumen es perjudicial en lugar de beneficioso. También es necesario bancarse el disenso. La democracia no es sinónimo de consenso, sino de mayorías. Y respetar las mayorías es un signo de madurez institucional y democrática.

"Tenemos los políticos que nos merecemos" dicen los veteranos. Sucede lo mismo con los medios. Mientras predicar para los conversos sea negocio, al menos.






jueves, 4 de octubre de 2012

Perdón, Mario

En este blog leemos y recomendamos a Mario Wainfeld. En Página 12, un diario con voces que no miden con la misma vara errores y aciertos de Gobierno y oposición, él suele hacerlo. Y, por encima de muchos en todos los medios, suele hablar de lo que sabe. Algo que, en estos días de opinólogos, no es poco.

Pero acá estamos, respetuosísimamente, en desacuerdo.

Esto es lo que dijo Macri, de acuerdo con La Nación:

"Estoy comprometido profundamente en la defensa de la democracia. Señores gendarmes, señores prefectos, señores miembros de seguridad nacional, los entiendo profundamente. Sé que llevan una década de maltrato, de falta de respeto, de humillaciones. De un gobierno nacional que ha improvisado en sus políticas de seguridad y por eso ha fracasado. Que no han reconocido la defensa que ustedes hicieron de nuestra seguridad"


De acuerdo con la nota de Wainfeld, "Macri “hizo política”, lo que puede resultar molesto pero tiene su lógica. Aprovechó para cuestionar la política kirchnerista en materia de seguridad, un presunto destrato al personal. Pero el eje de su mensaje fue democrático, el núcleo fue desautorizar la metodología elegida, enfatizar los severos deberes de quienes portan armas, pedirles que abandonaran su conducta".


Desde el principio: la política kirchnerista en materia de seguridad no nos parece nada nuevo. No creemos que tenga grandes resultados. Tampoco vemos demasiadas propuestas serias en ningún lado. Pero ese no es el punto.

Por otro lado no creemos que la democracia haya estado amenazada, más allá de lo que algunos sectores aislados hayan pretendido (ver imagen en la nota de Mempo Giardinelli). Al menos, no es eso lo que pretendieron los reclamos. Esto es discutible, pero tampoco es el punto.



Ahora bien: apelo a mi memoria personal para afirmar que, en los 33 años de vida que tengo, jamás escuché a nadie decir algo bueno de las fuerzas de seguridad. Nunca desde, digamos, el año '90, cuando empecé a leer el diario.

Frente a eso, la actitud de la Cámara de Diputados fue muy buena. Nada de chicanas políticas (salvo el bueno de Sanz). Si el convencimiento es que la democracia está efectivamente amenazada, entonces no hay lugar para disidencias.

De acuerdo con Wainfeld, la actitud de Macri también fue democrática. Nosotros creemos que no. Que ese no era el momento para hacer críticas. Ni para hacer política. Y no importa que la lógica actual sea sacarle provecho a cualquier hueco en el opuesto; no la compartimos.

Para los grandes temas nacionales hace falta superar conflictos de cabotaje e ir a las diferencias profundas. Algunos dirigentes, de diferentes espacios, demostraron que pueden hacerlo. Otros, a nuestro gusto, no.