jueves, 4 de octubre de 2012

Perdón, Mario

En este blog leemos y recomendamos a Mario Wainfeld. En Página 12, un diario con voces que no miden con la misma vara errores y aciertos de Gobierno y oposición, él suele hacerlo. Y, por encima de muchos en todos los medios, suele hablar de lo que sabe. Algo que, en estos días de opinólogos, no es poco.

Pero acá estamos, respetuosísimamente, en desacuerdo.

Esto es lo que dijo Macri, de acuerdo con La Nación:

"Estoy comprometido profundamente en la defensa de la democracia. Señores gendarmes, señores prefectos, señores miembros de seguridad nacional, los entiendo profundamente. Sé que llevan una década de maltrato, de falta de respeto, de humillaciones. De un gobierno nacional que ha improvisado en sus políticas de seguridad y por eso ha fracasado. Que no han reconocido la defensa que ustedes hicieron de nuestra seguridad"


De acuerdo con la nota de Wainfeld, "Macri “hizo política”, lo que puede resultar molesto pero tiene su lógica. Aprovechó para cuestionar la política kirchnerista en materia de seguridad, un presunto destrato al personal. Pero el eje de su mensaje fue democrático, el núcleo fue desautorizar la metodología elegida, enfatizar los severos deberes de quienes portan armas, pedirles que abandonaran su conducta".


Desde el principio: la política kirchnerista en materia de seguridad no nos parece nada nuevo. No creemos que tenga grandes resultados. Tampoco vemos demasiadas propuestas serias en ningún lado. Pero ese no es el punto.

Por otro lado no creemos que la democracia haya estado amenazada, más allá de lo que algunos sectores aislados hayan pretendido (ver imagen en la nota de Mempo Giardinelli). Al menos, no es eso lo que pretendieron los reclamos. Esto es discutible, pero tampoco es el punto.



Ahora bien: apelo a mi memoria personal para afirmar que, en los 33 años de vida que tengo, jamás escuché a nadie decir algo bueno de las fuerzas de seguridad. Nunca desde, digamos, el año '90, cuando empecé a leer el diario.

Frente a eso, la actitud de la Cámara de Diputados fue muy buena. Nada de chicanas políticas (salvo el bueno de Sanz). Si el convencimiento es que la democracia está efectivamente amenazada, entonces no hay lugar para disidencias.

De acuerdo con Wainfeld, la actitud de Macri también fue democrática. Nosotros creemos que no. Que ese no era el momento para hacer críticas. Ni para hacer política. Y no importa que la lógica actual sea sacarle provecho a cualquier hueco en el opuesto; no la compartimos.

Para los grandes temas nacionales hace falta superar conflictos de cabotaje e ir a las diferencias profundas. Algunos dirigentes, de diferentes espacios, demostraron que pueden hacerlo. Otros, a nuestro gusto, no.

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