Hoy hay elecciones en los Estados Unidos. El presidente de la economía más grande del mundo, hasta ahora.
(Apuesto a que muchos de ustedes no saben cuándo o si hay elecciones en otros países del mundo. Yo tampoco)
Se viene hablando y se seguirá hablando, hoy y en los próximos días, de los competidores, de los posibles resultados, y, principalmente, de las reprecusiones que una u otra boletas puedan tener en el futuro de la Argentina. Se mencionarán las palabras "intercambio comercial", "inversión extranjera directa", "fondos buitres", y tantas más.
Se harán sesudos análisis, y se concluirá lo siguiente: a Los Estados Unidos, lo que más le importa son los Estados Unidos.
- ¿Pero entonces que hacemos hablando de las elecciones de unos tipos a los que no les importamos? - dirán, no sin razón, ustedes.
Y la respuesta es que lo que haga Estados Unidos, le importemos o no, modificará seguramente la realidad global. Así como, si a USA no le importa la paz, habrá guerra, y si no le calienta el medioambiente no habrá protocolo que valga, así el resto de la realidad global se irá moldeando, en gran parte, en función de lo que a USA le importa o no. Este es el pragmatismo que hace que Estados Unidos le compre petróleo a Venezuela e instale empresas en China. Negocios son Negocios. Y para USA, todo lo es.
Por eso preferimos que gane Obama. No creemos que ningún político estadounidense sea más benévolo con la Argentina (si lo merecemos o no, es otra cuestión). No creemos que ninguno tome partido por nosotros en, por ejemplo, el tema Malvinas. Pero estamos seguros de que, en las cosas que le importan al mundo, el demócrata será más tolerable que el republicano.
Porque USA puede darse el lujo de que sólo le importe USA.
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