lunes, 23 de julio de 2012

No es seguro

Resulta que se armó galletita porque el Secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, dijo que la Capital Federal es una de las ciudades más seguras de Sudamérica. Este es un tema muy complicado, en donde se mezclan los datos puros y duros, las sensaciones (que también se cuantifican estadísticamente), los objetivos políticos y muchas cosas más. Es difícil hacerle honor al tema, pero vamos a mencionar algunas cosas, no más.

Primero, datos.

La Argentina, en cuanto a homicidios dolosos cada 100 mil habitantes, tiene una tasa de 5,5, de acuerdo con el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la OEA. En cuanto a Robos, 973 cada 100 mil habitantes. El Observatorio tiene muchas estadísticas comparativas más.

Ahora bien, en homicidios la Argentina tiene un nivel similar a Estados Unidos, algo más alto que Chile, y menor que Uruguay. Brasil anda en los veintipico, Colombia casi 40 y Venezuela casi 50. Sin embargo, en robos, estamos muy altos en promedio.

En cuanto a asesinatos y robos totales, la cantidad de hurtos (388.316) es menor que la de otros países que, por tener mayor población, tienen menor promedio (caso Brasil). Los homicidios totales también son en número más bajos que muchos otros países del continente.

Ahora bien, encontramos en este informe de Flacso de 2008 un cuadro muy interesante (pagina 40). El cuadro compara la victimización con la tasa de homicidios. Argentina, Uruguay y Chile están primeros en victimización y últimos en homicidios. El informe aclara que la inconsistencia entre percepción y tasa se da porque "la percepción de inseguridad es una medida subjetiva, medida por factores culturales, por lo tanto no se debe esperar una correlación robusta con indicadores objetivos", y agrega que "puede ser que países con baja tasa de homicidios presenten altos niveles de delitos contra la propiedad y eso sea reflejado en las encuestas de victimización".

Ambos informes citados hasta acá coinciden en que las estadísticas deberían ser de mejor calidad, más periódicas y con mejores avales. Y reconocen que la mayoría de los gobiernos es reticente a formalizar estos números, por el costo político que tienen.

Sin embargo, a ambos les alcanza para señalar que América Latina es una de las regiones más inseguras del mundo, pero que, en ese contexto, Argentina no es de los países más inseguros de la región.

Para reforzar esto, algunos recortes periodísticos. Esta nota habla de la inseguridad en México. Esta, de la percepción de inseguridad en Perú (y tiene un mapa muy interesante). Y acá la Deutsche Welle publica un artículo con la inseguridad en Latinoamérica, y atiende a los medios y al uso que hacen de la información al respecto.


Ahora, discusión.

¿5 homicidios cada 100 mil habitantes es mucho? Estamos hablando ya no en comparación, sino en total. Quizás sea demasiado. Más allá de que la comparación sea favorable, puede que nos parezca mucho. Vivimos en una región de las más inseguras del planeta. Eso hay que recordarlo también.

Por otro lado, las estadísticas de calidad deberían ser parte fundamental de los reclamos, porque son piedra bazal de una política seria al respecto, e impedirían que se "nuble" la percepción, por las cuestiones arriba mencionadas. En la Argentina, particularmente, las estadísticas viven un lustro realmente para el olvido, en términos generales.

Ahora: ¿la percepción de inseguridad como estadística es una medición absurda, despreciable? Yo creo que no. Quizás no es comparable con la otra, pero es necesario que se conozca. Aunque más no sea para señalar inconsistencias entre una y otra, y para dar cuenta de factores culturales/mediáticos/metodológicos que inflan una por sobre otra.

Lo que si, es importante no sobre estimar ninguna. Si la percepción es 100, y el numero real es 30, bueno, que los planes apunten a bajar desde 30, y que con el 100 tomemos las medidas que corresponden.

¿En algún momento los políticos se harán cargo del costo político que implica la inseguridad? Supongo que no. Creo que el informe de Flacso es interesante en tanto entrega propuestas para encarar esta situación.

Finalmente, ¿esto le importa a la persona que fue víctima de la inseguridad? Claro que no. Y es normal que así sea. Si, en el momento de una situación de inseguridad, le preguntás a la víctima o a sus familiares qué es lo que opinan de la inseguridad, seguramente la respuesta estará teñida por el dolor. Y es normal que así sea. La cosa es no preguntarles tamaña guachada.

Pido, de antemano, disculpas. Sé que es un tema muy amplio. Quizás acá faltan cosas. La idea del (larguísimo) post no es cerrar la discusión, sino abrirla. Tratar de sacarla de la coyuntura política local, en donde todos buscan culpables. Y tratar de, como ciudadanos, pensar en los temas que nos importan, reclamarlos, trabajarlos, y no esperar a que un legislador decida proponerlos.

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