lunes, 31 de diciembre de 2007

Es al pedo

En realidad, mi intención era publicar un post relacionado con la capacidad de los escritores, músicos y cineastas de anticipar en sus obras lo que sucederá en el futuro, a la manera de Julio Verne.

Pero es al pedo. Hoy es 31, y cualquier pensamiento más profundo que el que apunta a ver si es más conveniente comer vitel toné o peceto mechado, es inútil.

Así es que feliz 2008 para todos, amigos. Pásenlo bien, disfruten con sus seres queridos. Julio Verne va a seguir teniendo razón el 3/01/08 a la tarde.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Lo que no cuentan las canciones VI

John Lennon era un tipo traumado. Y no era para menos. Cuando tenía 5 años sus padres se separaron y su madre Julia Stanley lo dejó para que viviera con su hermana Mimi, tía de John. Semejante cambio deja mal parado a cualquiera. Sin embargo, “Julia” es el tributo de John a su madre.

John la incluyó en el genial Álbum Blanco, al gusto de éste humilde escriba, uno de los 5 mejores de toda la historia del rock. No es un tema de “Los Beatles”, sino de John, en esa época en que parecía que Lennon y McCartney se ignoraban de puro guapos.

En el tema Lennon toca la guitarra con una técnica que aprendió de Donovan, un arpegio dulce y sentimental. El mismo Lennon dice que “en la canción, dedicada a mi madre, en realidad se me mezclan imágenes de ella y de Yoko”. El tema fue escrito en India, lugar en el que Los Beatles se volcaron a la experimentación.

¿La letra? “La mitad de lo que digo no tiene significado, pero lo digo para alcanzarte, Julia”. No hace falta mucho más. Hasta Paul McCartney adora la canción. Se trata de el paralelo instrumental de Blackbird, pero con el toque Lennon.

“Cuando no puedo cantar lo que está en mi corazón/ Siempre puedo decir lo que hay en mi mente”.



De yapa

Buscando, encontré una versión hermosa de "Taxman", de la que no voy a contar mucho, poque será protagonista de otra sección, seguramente. La cosa es que en este video el clásico de los Beatles es tocado por su autor, junto con una banda que incluye a Nathan East (bajista de Clapton, Phill Collins y Elton John) Steve Ferrone (estable de la banda de Clapton en los 90) Chuck Leavell (miembro de The Allman Brothers, sesionista de Clapton en el unplugged, hizo giras con los Rolling Stones) y nada más ni nada menos que el mismo Eric, que se da el lujo de hacer el rabioso solo del tema. No lo embebo, sino que les paso el link:

http://www.youtube.com/watch?v=uYiLoSPTknw&feature=related

Disfruten.

domingo, 23 de diciembre de 2007

La Luna

"Hoy la luna me invita a seguir", canta el Cebolla, y tiene razón. La luna es solitaria, e invita a la soledad. A diferencia de su amante imposible, la relación con la luna (si tal cosa existe) es personal. Uno puede estar rodeado, pero frente a la luna, uno está solo.

En los lugares adonde puede verse el cielo de verdad, ese que tiene más estrellas que espacios vacíos, la luna domina la escena, y captura quienes la miran como las más hermosas sirenas atrapaban a los marinos y los llevaban a una apasionada perdición.

En cambio, las calles de la gran ciudad (elijan ustedes la gran ciudad que prefieran) se ocultan de la luna detrás de luminarias espantosas, faroles halógenos y luces fluorescentes.

Sin embargo, la luna asalta a los desprevenidos en calles arboladas o esquinas oscuras, y les hace sentir esa soledad intensa, brillante, casi como un abrazo helado y a la vez comfortable.

Los que sentimos esto alguna vez, los que caminamos dispuestos a que la luna se aproveche de nosotros, hemos tenido, aunque no sea por un instante, la dicha de sentir ese abrazo solitario. Pero, ya ven, la mayoría de nosotros ha olvidado a la luna, y por eso está tan sola la soledad.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Rock and Roll hubo, hay y habrá

Mientras escribo esto escucho el tema del video que agrego al final de este post. Aclaro esto antes, porque es inspirador.

¿Existe el recambio en el rock and roll? Creo que esta discusión se divide en dos partes.

La primera es la siguiente: ¿hay bandas como las que hubo? ¿Le da el cuero a Blur para ser como Tom Petty & The Heartbreakers? ¿A Coldplay para ser como The Police? Me parece que las grandes bandas de antes no volverán. Y por eso el fragor de los regresos, las reuniones, en donde Sting, Collins, Page, Plant o Gilmour vuelven a juntarse con sus sexagenarios amigos para hacer las delicias de chicos y grandes. Reconozco que algunas bandas nuevas suman. Hay gente nueva que sabe lo que hace. Pero es poca, o en todo caso es mucho menos que antes.

Hasta aquí es una discusión trillada, que me atrevo a reflotar a los efectos de la exhaustividad del post. Ahora la segunda

La pregunta es: ¿Deben haber bandas como las que hubo? Ahi, la cosa se complica. Porque estarán los que dicen que la música se renueva y retroalimenta, y por eso las cosas deben ser nuevas, y lo viejo viejo será. Mientras que otros, con el mismo conceptod e base, dirán que esta todo inventado, que qué quieren inventar los que se hacen los innovadores. Y seguirán escuchando vinilos de Beggars Banquet y Abbey Road.

Creo personalmente que la respuesta está en la síntesis de ambas posturas. Nunca más escucharemos algo como John y Paul cantando "Hey Bulldog" a dúo. Y está bien que así sea.

Llegarán nuevas bandas que inventen cosas nuevas, y que emocionen a nuevas generaciones como las viejas nos emocionamos cada vez que escuchamos el riff inicial de "Smoke on the Water". Inventarán nuevos personajes que no señalan con el dedo al aire enfundados en jeans made in Andy Warhol.

Mientras tanto, nuestros viejos amigos, que entraron en nuestra habitación, que calentaron a nuestras novias, que las dejaron con ganas y así y todo siguen siendo amigos, quedarán sonando en las viejas bateas, para siempre.

Los dejo con el Rey, y su Príncipe.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Fotos

El ruido de la señal sonora anunció el abrupto cierre de las puertas. Varios pasajeros miraban anhelantes el tren que partía. Los últimos rayos de luz de la estación, débiles, no llegaban a iluminar la penumbra del túnel.

Aprontándome para la bajada, me acerqué a la puerta y perdí mi vista en la oscuridad frenética. A medida que la estación se acercaba, imágenes de un nuevo día de trabajo amenazaban con cambiar mi humor, y llevarme al estado de letárgica resistencia que me carateriza.

Delante de mi, tres pibes se ubicaron para bajar. Tan cerca que uno estaba apoyado contra mi brazo. Dos, más grandes, miraban al vacío impacientes, como si en el andén los aguardara algo que anticipaban mucho.

Un tercero se fue a corretear por el vagón, ante la actitud fastidiada de algunos pasajeros. De repente, cuando la luz de la estación Carlos Gardel se adivinaba en las paredes, el más grande dijo "Eh, vos, vení acá que en la próxima bajamos". De inmediato, el corredor regresó a su puesto.

Bajaron a las corridas, saltando los peldaños de la escalera mecánica; no los vi más, pero mi letárgica resistencia perdió sentido.