lunes, 17 de noviembre de 2014

En voz baja

Este es un dato pequeño, que les regalo a todos los artistas de escenario.

Digamos que usted es cantante o frontman de una banda de música. Incipiente, interesante, con seguidores en aumento, quizás a las puertas del éxito o dando los primeros pasos dentro de la fama. Durante un show invita a compartir el escenario a un ya célebre músico, con un recorrido mucho más amplio (suponga ud, León Gieco).

La pregunta es: ¿Cuál sería su actitud?


Antes de darle la respuesta, lo invito a pensar (Gracias Adrián Paenza!) Haga memoria de los momentos en los que, como expectador, vio escenas semejantes. "Es un honor para nosotros recibir en el escenario a un maestro de la música argentina, con ustedes León Gieco" o frase similar, y aparece, con la armónica colgada, León, desde una bambalina. Hasta ahi, correcto.

Y acá, el detalle: artista novel y leyenda siempre intercambian unas palabras fuera de micrófono. Siempre, si saben lo que hacen ¿Por qué?

La respuesta es: para dejarnos con la duda.

Imaginen si, con el microfono abierto, el artista x le dice a León "León, gracias, después arreglamos el cachet con tu representante". O bien, "Maestro, la primera que aprendí en la criolla fue 'Sólo le pido a Dios'"; ó "Gracias por venir". Lo que sea, probablemente sea evaluado por el público de modo negativo. Si el comentario es amistoso, pensarán que usted se hace el amigo de la estrella cuando en verdad ni lo conoce. Si es excesivamente respetuoso, lo tratarán de pichi. Y así.

Es fundamental que, en ese caso, los comentarios entre frontman e invitado sean en off. De esta manera, no sólo no sabremos que dijeron, sino que además, el límite para dichas palabras será la inventiva de cada uno.

Y, reconozcámoslo, la inventiva suele crear historias mucho más interesantes que la realidad.

lunes, 10 de noviembre de 2014

All toghether now

La frase que utiliza el cantante es: "y cómo dice?" Con eso, en general, entra el estribillo, cantado por el público presente, sean los 10 de un fogón o las 80 mil personas de un estadio.

Sería imprudente decir que sin estribillo no hay canción. Hay buenas canciones sin un estribillo definido, pero son la minoría, especialmente en el ámbito de la música popular. Mi profesor de música de la secundaria nos hacía identificar los pequeños temas que se iban repitiendo a lo largo de sonatas, sinfonías y conciertos, para luego realizar el mismo laburo con canciones populares. Pienso en el tema del cuarto movimiento del la 9na sinfonía de Beethoven, como va y viene y se repite con variaciones a lo largo de la obra, y no puedo evitar pensar en una especie de estribillo.

Lo que quiero decir es que, justo antes de que el coro soltara su "Himno a la Alegría", Beethoven probablemente exclamara: "¿Y cómo dice?".

Mucho más acá en el tiempo, e intentando (si todavía es posible) no hablar demasiado de lo que sabemos poco o nada, podemos decir que independientemente del tipo o el estilo de música que nos guste, solemos atesorar estribillos. De ahi que sean partes fundamentales de las canciones, no sólo en cuanto a melodía sino en cuanto a cómo "calzan" en la canción. Si el estribillo "entra" con fuerza, la canción será memorable (lo que no significa "buena", pero esa es una discusión más larga).

Vamos con el primer tema.




Como ven, no estamos refiriéndonos necesariamente a las grandes bandas de la historia de la música. Adele, una gran cantante, y su primer gran hit, son un ejemplo de como el estribillo, sin desentonar, rompe con la estrofa y agrega potencia. En esto, además del caño de Adele, tienen que ver la instrumentación, el coro que aparece atrás, y ese "pre estribillo", una especie de puente con la estrofa, que te dice "ojo, el tema explota enseguida".






Los Stones cantan dos estrofas en el mismo tono. O sea, la canción no tiene cambios de acorde en los primeros 45 segundos. Y de repente va a menor y "you're not the only one...". En el manual de estribillos de rock esta el video de este tema.




 Hay algo impresionante de este video. Run to the Hills es, quizás, el clásico más clásico de Maiden, el tema que hasta los fanáticos de Luis Miguel tararearon alguna vez. Pero en esta versión de Rock In Río se demuestra lo que decimos de los estribillos: 200 mil personas cantan "Run to the Hills/Run for your Life" con tanta potencia que se vuela el escenario. Es un poco el deseo de todo músico a la hora de componer: que la gente estalle atrás de un estribo.


Bonus Track:

Una banda nueva, incipiente, aunque hace mucho que tocan. Y además, son grandes amigos. Parco Milflores, entre sus muchas buenas canciones, nos regala un estribillo GE-NIAL en "Extraterrestres":

http://parcomilflores.bandcamp.com/track/extraterrestres

La batería acorta tiempos justo antes del estribillo, y entra junto con viola y coros con todo. Chusmeen ese bandcamp, no se van a arrepentir.


sábado, 1 de noviembre de 2014

De las aventuras del ciudadano en el CGP; Relato Épico

(Continuamos con el relato iniciado en el post anterior)

El primer intento de anotar a nuestra hija en el Registro Civil había fallado en toda línea. Teníamos que volver a sacar turno, y llevar papeles que acreditaran que el apellido de mi señora era el que efectivamente es. Así lo hicimos. Fotocopias de la partida de nacimiento, y un viejo "DNI libretita verde" que tenía el apellido bien escrito, con diéresis.

Fuimos de nuevo al CGP lejano, en el nuevo turno que nos dieron, el jueves 30 de octubre, a las 10 AM. Y aquí empieza el verdadero viaje, la real e intensa odisea.


Nos dieron el número 7, e iban por el 3. Basado en experiencias anteriores, calculé que no ibamos a ser atendidos en menos de 1 hora. Esta vez estábamos los 3 porque, en teoría, foto y huellas dactilares mediante, salíamos con el trámite terminado. Así que mi hija, con menos de 4 semanas en este mundo, se dispuso a realizar por primera vez una actividad que, en el futuro, será corriente: hacer cola.

En mi sesión anterior yo había mandado sendos tuits a los responsables políticos de semejante despropósito administrativo, pero no había recibido respuesta, así que ni me gasté. Las 10 se hicieron las 11. Y a las 11, finalmente, nos llamaron.

Una empleada nos recibió y nos hizo pasar a un escritorio. Allí nos explicó "esta máquina está rota, así que yo les hago todo el papeleo, y después los llama una compañera mía y les hace la carga". Los papeles pasaron, y el DNI verde más la partida zanjaron el problema de la diéresis, que había sido el motivo por el que tuvimos que volver. Las cosas parecían mejorar.

"Tengan un poquito de paciencia y ya los llama mi compañera", nos dijeron. Ese poquito fue un rato, pero a eso de las 11.20 pasamos a una de las computadoras que si andaba.

Empezó la carga informatizada de los datos, al cabo de los cuáles, en teoría, teniamos que pasar a un control de los datos y a terminar foto y huellas. Pero en el interín, surgió un primer problema:

La diéresis.

¿Se acuerdan que la empleada se ufanó de haber hecho un montón de DNI con diéresis? Bueno, resulta que, en este caso, las diéresis sólo salían en minúscula. No había forma de ponerlo en mayúsculas. O sea que aquello tan sencillo, tan rutinario, tan común, se había transformado, nuevamente, en un problema.

"Sólo me queda en minúscula" se resignó la empleada, mientras que la que en la anterior jornada había dicho que era fácil, ahora no podía ayudar, aunque insistía: "en mi máquina si se puede". Aceptamos la minúscula. A todo esto, habían pasado las 12 del mediodía. Pero entonces sucedió otra cosa: a la señora se le colgó la máquina, quizás ofendida por haberla puteado tanto.

En el interín, la señora nos explicó cómo funcionan los turnos. Dan 3 por hora, pero suelen tener problemas con las máquinas, por lo que, para las 10, ya están atrasadas. Esto significa que el atraso se acumula.

"Yo le escribí tuits al jefe de gobierno, pero no respondió", dije. "Lo malo no lo responde" me dijeron los empleados, "pero capaz va a tomar mate a tu casa". En un papelito en la caja anunciaba que todos los trabajadores estaban en estado de asamblea por falta de compromisos laborales cumplidos.

La máquina se descolgó, terminó la carga, salieron los papeles impresos, y entonces nos pidieron que esperemos a que el juez de paz firmara todo, para avanzar. El juez de paz se fue cuando cantaron el número 49, y volvió en el 60. Esto implica que varias personas tuvieron que volver a sacar número, porque el que tenían pasó sin haber firmado los papeles. Gracias a jebús, teníamos el 63.

Alrededor de 12.20 cantaron mi número, me hicieron el control de datos y quedamos listos para el final del trámite. Este consiste en un box en donde te vuelven a preguntar un montón de cosas que ya repetiste, marcan los pulgares de ambas manos, y sacan foto del niño/a.

Y en ese momento, las palabras fatales, que marcarán a las generaciones venideras a sangre y fuego:

 "Se cayó el sistema".

Aproximadamente a las 12.30, el sistema de todos los CGP de toda la Capital Federal se cayó. Al menos, eso dijeron. Y sugirieron que, si bien suele volver rápido, cuando se cae en todos al mismo tiempo "a veces ni vuelve".

Desolación. En ese momento, después de 2 citas, un total de 3 horas y media y contando, 4 números, varias colas y más de 100 mangos de estacionamiento, el trámite seguía sin terminar, y amenazaba con no terminar nunca. Mi hija aguantaba estóicamente, sin llorar, pero yo estaba al borde de las lágrimas.

Nos debatimos respecto de irnos, quedarnos, esperar, dinamitar todo; incluso especulamos con gritar "Y ahora, quién podrá defendernos?" a la espera de que Gómez Bolaños aparezca de atrás de una columna

... y en esos 45 minutos volvió el sistema!! VOLVIÓ, VAMOS CARAJO!!!!!!!!!

30 minutos más y afortunadamente llegamos a destino. "El DNI les va a llegar a su domicilio en 15 o 20 días hábiles".

13.30 fue el horario de salida.


Sé que a pesar del disclaimer con el que empezó el post pasado, muchos pensarán que esto es una chicana para con el Gobierno de la Ciudad. Y tienen razón. Es contra quienes gobiernan desde el Ejecutivo, desde el Legislativo, desde el Judicial; desde el oficialismo y la oposición. Y es también contra las demás dependencias, que a lo largo de los años me han tenido esperando en colas, sean radicales, peronistas, PRO o hinchas de Atlanta.

Y sobre todo es contra los que nos seguimos bancando que nos boludeen.



UPDATE: Llegó el DNI. En el plástico, la Ö aparece en mayúsculas...

viernes, 31 de octubre de 2014

De las aventuras del ciudadano en el CGP; Relato Épico

(Ni siquiera me voy a calentar por hacer un disclaimer anti-chicana al inicio de este post. Lo que me pasó y contaré a continuación sucedió en un CGP de la Ciudad de Buenos Aires. Es un ejemplo de tantos, que pasan en diferentes municipios, en diferentes jursidicciones provinciales y nacionales, a lo largo y a lo ancho del país. Quién quiera leer una solapada crítica partidaria, allá él).

Una de las cosas indispensables con un recién nacido es anotarlo en el Registro de las Personas. O sea, más allá de su existencia física, hay que dar cuenta jurídica de la nueva personita. Por supuesto, este es un trámite que realizan los padres, salvo excepciones que no hacen a la historia.

Voy a contar la odisea en dos partes.

La primera sucedió el lunes 20 de octubre. En la Ciudad de Buenos Aires, los centros de salud envían los papeles de nacimiento al CGP que corresponde a cada centro. De esta manera, obligan a los padres a hacer el trámite correspondiente, porque si no lo hacen los hijos no tienen papeles.

O sea, si uno vive en Barracas y tiene a su hijo en un Hospital de Saavedra, tiene que ir al CGP de Saavedra a anotarlo, aunque en los papeles figura la dirección de uno. Para eso, tiene que entrar a internet y sacar un turno. El turno consiste de un día y una hora específicas.

Claro, los hospitales podrían enviarlo a su CGP, y que cada CGP digitalice la información, a fin de que esté disponible en cualquiera de ellos. O podría enviar el certificado de nacimiento al CGP del domicilio de la familia. En fin.

El turno era para el lunes 20 de octubre a las 13 horas. La precisión del turno sugería cierta puntualidad. Así que allí estuvimos, madre y padre, a las 12.50.

Nos sorprendió la cola. La idea original era que, con un turno, no habría que sacar un nuevo número. Pero si. Entendimos entonces que quizás daban el mismo horario a varias personas a los efectos de distribuir los asistentes de modo más uniforme, y luego daban número.

Nos atendieron a las 14 hs. En el lapso de esos 60 minutos, pasaron 2 números. O sea, 2 trámites. Evidentemente, el cálculo utilizado para la distribución de los asistentes estaba fallando. Pero ya les contaré más sobre eso, más adelante.

Cuando nos atendieron presentamos todos los papeles. Entonces, la señora que nos atendía preguntó si el apellido de mi pareja tenía diéresis. Sucede que en el DNI de mi significant other los dos puntitos no aparecen. Esto es porque cuando ella renovó su DNI le dijeron que, por un problema de impresión, la diéresis no sale, pero figura en el padrón. "Quedate tranquila" le dijeron.

Pero no.

"Yo no le puedo poner tu apellido con diéresis si en el DNI no la tiene" sentenció la empleada del CGP. "En el Registro me dijeron que no sale" respondimos. "¡Como no va a salir! Yo hago un montón de DNI con los puntitos" se ufanó entonces la señora.

Imaginen si, luego de 15 días de lidiar con un recién nacido, alguien les dice tras esperar más de una hora que tu DNI no sirve, y que no podés hacer un trámite porque un empleado dice una cosa y otro dice otra. Que no podés anotar a tu hija, y que además tenés que hacerte un documento nuevo.

Moraleja: Había que sacar un nuevo turno, y hacer una fotocopia de la partida de nacimiento, en donde el apellido saliera tal y cómo es.

Sepan que sucedió en la siguiente cita en la próxima entrega de éste blog...



lunes, 22 de septiembre de 2014

Pronósticos

Uno ve una película medio boluda y piensa "esto no va a pasar nunca en la puta vida". "Armaggedon", ponele, o "El Día después de Mañana". Esas cosas que son tan jodidas que no te salva ni Chuck Norris.

No es posible que haya algo tan jodido que no zafemos ni con Chuck de nuestro lado, no?

Bueno, resulta que si. El sitio Vox publica este listado, centrado en Estados Unidos, pero que afecta globalmente (como casi todo lo que hace Estados Unidos), llamado "7 razones por las que Estados Unidos fallará en cuanto al Cambio Climático".

Así, mala onda.

No niego que alguien pueda estar exagerando un poco lo del cambio. Pero estoy convencido de que en más o menos tiempo el planeta va a tomar una actitud estilo "Ok, ahora me toca a mi", y nos va a demostrar que somos bastante menos poronga de lo que pensamos.

El problema, de acuerdo a la nota, es que ya no tenemos chance de revertirlo, sino de morigerarlo. Y que aún ese objetivo menor es casi imposible de alcanzar.

Y encima, la nota cita este otro ensayo en donde, básicamente, se explica que es necesario que todas las reservas de combustibles fósiles descubiertas y por descubrir se dejen sin explotar, lo que significaría una pérdida de US$ 20 billones. O sea, US$ 20.000.000.000.000.








Lo que más bronca me da es que, en algún momento, Roland Emmerich nos va a decir: "se los dije".

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Clases de yoga

Ayer fui a una clase de respiración con una profesora de yoga.

Me puse jogging, zapatillas, medias sin agujeros y me lancé a la aventura. La idea fue de mi señora, que asiste puntualmente una vez por semana, y que sugirió que sería una buena manera de colaborar con la respiración en tiempos de pre-parto.

De ninguna manera, pero de NINGUNA manera, voy a emitir un juicio de valor, ni sobre la clase, ni sobre los ejercicios, ni mucho menos sobre el yoga; cualquiera de estos tres errores sería una demostración de pedantería, insensibilidad e ignorancia. Simplemente comparto impresiones, que están más relacionadas con mis limitaciones que con la actividad que fui a hacer.
 
De entrada, debo decir que años de periodismo, o sea, de ejercer el cinismo bajo paga, han desarrollado un monstro incrédulo (sisi, monstro) que, al mejor estilo Tom y Jerry, se para en mi hombro cuando me distraigo y realiza comentarios ácidos y descreídos, corrige la gramática o la sintáxis de mi interlocutor, e impide en términos generales la concentración mínima necesaria.

Otro inconveniente (que asumo como falta de madurez) es que hay cosas que, quizás precisamente por falta de concentración, me provocan risa. Especialmente los mantras. La buena noticia es que la madurez me alcanza como para contener la carcajada.

Pero el dato más saliente que quiero remarcar es como, a diferencia de mi anterior periplo en clases de respiración pre-parto, en éste caso noté (sentí, si prefieren) que la actividad que estábamos haciéndo tenía una lógica, un nudo conductor, un "esto-si-y-esto-no". Más allá del monstro incrédulo, más allá de la risotada reprimida, le encontré a la actividad una seriedad, una consistencia. Los problemas de falta de concentración son míos. En todo caso, deberé resolverlos (poco probable) o dedicarme a otras actividades (casi seguro). Y ojo, estamos hablando de algo muy espiritual, muy "opinable". Aún más opinable que las clases de respiración del curso pre-parto.

Creo que lo que quiero decir es que si uno realmente se entrega a una actividad abre la posibilidad de que esas acciones generen cambios muy tangibles en su vida. Calculo que, para que me suceda, debería seguir insistiendo...


viernes, 5 de septiembre de 2014

No te mueras en mi casa

No vamos a decir mucho de Cerati. La palabra "genio", tristemente bastardeada, aplica sin restricciones al talento musical de Gustavo. Forma parte, junto con otros muy pocos (y cada vez más ausentes) fenómenos de la música rock, no solo nacional, sino en español.

Si queremos compartir esta nota que Adrián Abonizio firma en la contratapa de Rosario 12. Es importante callar cuando lo que uno puede decir ya fue dicho, y mucho mejor.