viernes, 23 de mayo de 2014

Regresos, Mundiales, Navajas

"De nuevo estoy de vuelta, después de larga ausencia, igual que la calandria, que azota el vendaval".  Luna Cautiva, zamba compuesta por José Ignacio "El Chango" Rodríguez, vendría siendo una especie de Start Me Up del folklore, en el sentido de que es un gran clásico, cantado en cuanta peña haya dando vueltas. El Chango la escribió en cana, por haber amasijado a un tipo. Así que, si, su ausencia fue larga.

Nosotros volvemos de destinos mucho menos dramáticos. Casi que usar la frase de la zamba es un papelón. Pero, queridos y contados lectores, ustedes saben que el papelón es el leit-motiv de la Varietè Arturina.

En realidad, no escribíamos porque nos daba paja.

Pero las teclas cada vez más son todas blancas, así que venimos a poner sobre ellas negro, porque joder es lo que más nos gusta.

Y volvemos con el mundial. Si, mal que les pese, nosotros también hablamos del mundial. Pero, esperamos, desde un lugar mucho más humano. Desde ese lugar del tipo que se emocionó con la primera propaganda de Quilmes que recuerda, pero que varios mundiales después piensa "¿siguen recibiendo dinero por la misma propaganda todos los años?". Desde aquél niño de 8 años que se tapó la cara cuando Alemania se puso 2-2 en la final del 86, y que por ese motivo sólo vio el gol de Diego en repeticiones (si pregunta "¿qué gol de Diego?" por favor, cierre este blog. Retírese. En serio. YA). Desde aquél que, en la temprana adolescencia, entendió algo, y cuando le preguntaban que jugador era decía "El Vasco Olarticoechea".

Y también desde aquél que, ya viejo, empezó a sospechar. No de grandes conspiraciones, sino de pequeñas metidas de mano que van dándole a la pasión ciertos caminos, ciertos empujones en la "dirección correcta".

Guiño, guiño.

No creemos en grandes conspiraciones porque Navaja de Occam: "En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta». Pero si nos consta que el lobby, la palanca, el amiguismo, operan en el deporte como en todos los demás negocios. Y el Mundial no es ni más ni menos que exactamente eso: un negocio.

Empezamos hablando del Chango Rodríguez y terminamos hablando de la Navaja de Occam. Si esto no es la Varietè, díganme ustedes.

Y bienvenidos, de vuelta.





2 comentarios:

Niña Hereje dijo...

Un remate inmejorable. Pero además, las citas, tu manera...ya te lo dije, siempre admiré tu cultura general, tus expresiones. Desde la época en la que daba gritos en la salita de ensayo cerca de la cancha de los Andes. Qué jovenes éramos todossss jajajjaa ahora dos tres ya son papás. Me emociona, de verdad!

Y yo que buscaba un lugar donde escaparme del fútbol...no importa, vendré igual.

Mr. Arturi dijo...

Comentarios como el de arriba honran a la Varietè, por quién los escribe. Se agradece la gentileza, Niña Hereje. Salud!