miércoles, 26 de septiembre de 2012

Comunimedios

Me han dicho kirchnerista. Me han tratado de salame, y han sugerido que sufrí lavados de cabeza. Siempre que defendí la ley de medios, me dijeron cosas como esta.

Pocos entendieron que mi defensa era por la ley. Que nada sugería (más allá de la fuerza con la que se impulsó la ley misma) que el gobierno fuese a hacer cumplir lo que proponía. Esto, sin embargo, no quitaba que la ley fuese buena, que fuese a superar al kirchnerismo, y que como tantas leyes, fuese a quedar para la posteridad. Si, una vez aprobada, la ley no se cumplía o se instrumentaba como correspondía, la evaluación sería contra el gobierno. NO contra la ley.

 Hoy la ley sigue parada. Sin dudas, el freno a la ley se debe en gran medida a los intereses que toca. No es ajeno a nadie con dos dedos de frente el lobby en contra de la ley que han hecho todas las empresas de medios comerciales. Pero hay ciertas partes de la ley que no avanzan porque nadie las mira. Y el nadie que me preocupa acá es el gobierno.

En una nota de Página 12 de hace unos 15 días salió esta nota. Cito una parte: "La sustentabilidad tiene que ser leída como un problema y no como un requisito a priori por la autoridad de aplicación, convirtiéndola en prohibitiva a la hora de otorgar una licencia". O sea, el objetivo de los medios comunitarios debería ser medido, no con calculadora, sino de otras formas.

Esta nueva forma de medición es responsabilidad del Estado. No les vamos a pedir a las empresas periodísticas o mediáticas que reclamen sustentabilidad para los medios contrahegemónicos. Eso es estúpidamente inocente. Lo tenemos que pedir nosotros, y el Estado tiene que cumplirlo.

Elaborar planes de sustentabilidad es posible, no hay ningún amparo ni ninguna cautelar contra eso. Se puede idear. Hasta acá, si se ideó no se informó.

Hoy Jairo Straccia habló del tema en el programa de Gillespie, y recomendó el laburo de Natalia Vinelli, recomendación a la que me sumo.

Y ahora no me digan gorila. Ok?

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