Reproduzco la cita primero, y comento después.
"En una conferencia de prensa ayer, el sheriff del Condado de Pima, Clarence W. Dupnik, denunció el clima político imperante en el país, señalando en particular la bronca generada en Arizona por la ley antiinmigración que prevé, entre otras cosas, el arresto de toda persona que por su aspecto físico pueda generar sospechas de que es un inmigrante ilegal.“El enojo, el odio y el racismo que tiene lugar actualmente en este país es escandaloso y desgraciadamente Arizona se ha transformado en su capital”, dijo Dupnik. “Nos hemos convertido en la meca de los prejuicios y la discriminación racial. La retórica ardiente en el terreno político puede ser considerada libertad de expresión, pero tiene sus consecuencias. Sólo hay que ver cómo responden estos desequilibrados a la bilis que sale de ciertas bocas cuando hablan de acabar con el Gobierno”".
El sheriff Dupnik le da una lección contra el racismo a todos los Estados Unidos, más preocupados por ver qué tenés escondido en los zapatos cuando vas de vacaciones a Disney que por el verdadero problema subyacente.
Estamos hablando de un policía. No de una monja, ni de un pensador. Un oficial de policía, digamos. Un vecino, a todos los efectos prácticos.
Y cuidado! Los hechos en el Parque Indoamericano también generaron arranques de xenofobia por parte de ciertos dirigentes políticos como Mauricio Macri u Horacio Rodríguez Larreta. También peruanos, bolivianos, paraguayos, son víctimas a diario de un odio que se magnifica cuando las papas (y los bolsillos) queman.
Me hace acordar a la película "El Hombre del Año", cuando Robin Williams dice "amigos, si una viejita de 80 años es terrorista, la guerra está perdida".
Del mismo modo, si en cada cara diferente vamos a ver un enemigo, la guerra está perdida.
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