Robert Johnson vivió solamente 27 años. Y sin embargo, el 16 de agosto de 1938 es uno de los días más tristes de nuestras vidas, incluso para los muchos que entonces no teníamos vida.
Fue rara la vida de Johnson. Fue hijo de un affaire de su madre, vivió sin saber que el esposo de su madre no era su padre. Dejó la escuela de pibe, poniendo como excusa un problema de la vista.
Grabó 29 canciones, en solamente dos sesiones, entre 1935 y 1936, en San Antonio y Dallas, en Texas. Entre sus influídos tenemos a todos estos: John Fogerty, Bob Dylan, Johnny Winter, Jimi Hendrix, The Yardbirds, Led Zeppelin, The Allman Brothers Band, The Rolling Stones, Paul Butterfield, The White Stripes, The Black Keys, The Band, Neil Young, Warren Zevon, Jeff Beck, y Eric Clapton.
Fue rara la muerte de Johnson. Dicen que en el ignoto cruce de dos rutas polvorientas le vendió el alma al diablo, a cambio de tocar el blues mejor que nadie. Da la impresión de que, de ser cierto, el diablo se cobró demasiado rápido.
Recordamos en la Varietè la ocasión de la venta, que Robert plasmó en lo que seguramente es y será por siempre la canción de blues más grossa de todas. Crossroads.
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