miércoles, 18 de mayo de 2016

Sanando las heridas

 
"Olé, olé, olé, olé, Lennon, Lennon". No se trata del recuerdo del buen John participando en alguna corrida de toros. Ni de un recital suyo. El cantito clásico escuchado ayer nomás en el Estadio Único de La Plata señala, a oídos de este humilde escriba, el cierre de una herida. Una herida que Paul McCartney había ignorado, salado, y casi hasta atesorado en algún momento. Y que en los últimos años, cicatrices incluídas, muestra con nostalgia, con respeto y por qué no, con algo de remordimiento.

Antes, mucho antes, la tarde intentaba (y no podía) calentar el otoño platense, y la avenida 32 mostraba un paisaje familiar: vallas, patrullas, cortes. "Estoy desde las 3" dice un hombretón grandote con chaleco fluorescente y la palabra "orientación" impresa en negro. Aunque las puertas no abrieron hasta las 6, a las 4 el hombre aseguraba que había entrado mucha gente. "Hay que decirles lo que quieren oír. Eso lo aprendí de estar casado", justificaba el chamuyo.

El ingreso fue dispar. El campo VIP y las plateas ingresaban con algo más de orden, pero el campo cabecera tenía vallados insuficientes que, a ojo de buen cubero, permitieron el salteo de la cola y de un control por parte de unos cuantos. Cabe aquí una aclaración: el Único es un mejor estadio para recitales que Nuñez o el Amalfitani. Tiene mejores accesos, se ve y se escucha bien de todos lados, e incluso se saca el césped, lo que no complica los habituales espectáculos deportivos.

Conformación clásica: torre de luces y video en el centro, pantallas a los costados. Un escenario que, para habitués de espectáculos internacionales puede parecer excesivamente sobrio, pero que para conocedores de Paul responde a esa cosa afable, intimista y para nada estridente del músico de Liverpool. La mayoría de las localidades numeradas se llenó sobre la hora, y a las 21.15 había muy pocos huecos.

Las pantallas muestran un Hofner del que salen chispas estilo poder de Greyskull, las luces se apagan, y el reflector lo muestra a Paul, desde la derecha del escenario, con su mítico instrumento en mano, saludando a concurrencia.

Abe Laboriel Jr.(batería), Rusty Anderson (guitarras), Brian Ray (guitarra o bajo, según lo que agarra Macca) y Paul "Wix" Wickens (teclas, guitarra, percusión) arman un tándem envidiable, que puede recorrer varios estilos sin despeinarse, y que puede ponerse la pilcha beatle sin que le quede grande. Además, todos cantan, lo que permite emular en un punto la dinámica vocal de los Fab Four.

Como falta una fecha, esta crónica (?) no mencionará muchos temas, ni su orden, ni nada en demasía. Diremos, si, que el recital arranca bien arriba, con un clásico que puede ser inesperado. A partir de allí, el repertorio recorrerá toda la carrera de Macca, desde el principio hasta temas flamantes, con bases electrónicas que nos recuerdan a los más veteranos que las nuevas generaciones reconocen a Paul como "ese viejo que tocó con Rihanna".

Sí detallamos dos homenajes. Uno a "mi amigo John" y otro a "mi compadre George", como McCartney dice en fonético castellano. Dos momentos que generan lágrimas, recuerdos, nostalgia, en todos incluído Paul. Dos temas que los conocedores ya imaginan.

Es en esos momentos, en especial el de John, en los que Macca parece sanar. Recordemos, en los '90, el "Paul is Live", gira que tenía como imagen al bajista con un perro en Abbey Road. El mensaje era, inicialmente, una respuesta a las teorías conspirativas que decían que Paul estaba muerto. Pero había otro, no tan evidente pero presente: "Lennon-McCartney tiene un sólo integrante disponible. Ese soy yo".

Más acá en el tiempo, en uno de sus discos en vivo todos los temas de la dupla compositora estaban invertidos: "McCartney-Lennon". A esto se suman sus peleas con John primero, y con Yoko después. También los juicios entre beatles, las guerras de canciones, etc.

Ya en los recitales de 2010 habían corrido lágrimas por las mejillas de Paul al hablar de su coequiper musical. Esta vez, esa tristeza da paso a una nostalgia cómplice, en la que, guitarra en mano, Macca se permite musicalizar el cantito de la gente: "Olé, olé, olé, olé, Lennon, Lennon". Una oda al amigo con el que había ido al infierno, y vuelto. Catarsis.

George recibe un memorial emotivo, con imágenes de todas sus épocas, y uno de sus temas más clásicos en una versión que es ya conocida, pero no por eso menos emocionante. Luego el recital levanta vuelo, con una setlist realmente renovada, que incluye algunas perlitas, incluso un tema que no nombraremos, pero que es considerado como primordialmente escrito por John, aunque Paul no está de acuerdo. (Dijimos que la herida estaba sanando; no que nunca había existido).

El cierre trae los clásicos beatle, más show, más luces, y un Paul McCartney que se despide "hasta la próxima". Le tomamos la palabra.

miércoles, 27 de abril de 2016

Vengan de a Uno folklórica

Somos una generación de rock. Ya lo dijimos en otras entradas. Pero nuestra música no era, muchas veces, la que se escuchaba en nuestro hogar. Nuestros viejos manejaban el tocadiscos (niños, googleen) y solía haber un solo artefacto que reprodujera música (niños, no se asusten). Por lo que, habitualmente, teníamos que negociar para colar los cassettes de Charly

Muchas familias porteñas tenían al tango como principal alimento musical. La banda sonora de mi familia, en cambio, era folklórica.

Ya conté que "Lloraré", de Cuchi Leguizamón, fue la primer canción que me enseñó mi vieja en la guitarra. El Folklore fue la puerta que se me abrió más temprano a la música, junto, quizás, con un cassette de Carlitos Balá y otro de los Pitufos.

Otros habrán reaccionado en contra de la música de la casa familiar. Pero, vaya a saber por qué, a mi empezó a gustarme.

De a poco empecé a sacar por mi cuenta canciones de Los Chalchaleros, conjunto folklórico de cabecera en casa. Se sumaron muchísimos otros, los más clásicos, desde Atahualpa Yupanqui a Los Quilla Huasi. Y después, algunos profesores me pasaron cosas de Pedroni, de Isella, de Zitarrosa, el folklore más "combativo", si se quiere.

Encontré folklore en muchos lados. En León Gieco, en Divididos, en Lito Vitale, en Spinetta. Me ayudó a entender como interactúa la música, como los estilos se fusionan, más en estas épocas en que todo está inventado.

Así que este VDU folklórico y autobiográfico viene con una chacarera. Interpretada en vivo por un especialista, de célebre familia folklórica, junto a una de las mejores voces que ha dado la Argentina, sin ninguna duda.

Embrujo de mi tierra, Peteco Carabajal y Jairo.

Y si no les gusta, VDU

https://www.youtube.com/watch?v=shVIqrfxyjM

viernes, 8 de abril de 2016

I've got a feelin




Llegás de la oficina un día cualquiera. No mucho laburo, el derroche de tiempo de siempre en el viaje de vuelta, esperando ver a tu hija y a tu vieja, que la está cuidando.

Toca Paul McCartney en dos meses. Pero sabés que no vas a ir. La más barata sale luca 300, más costo, más viaje; olvidate. Tenés otros gastos. Gastos que, ojo, querés hacer. Cosas de tu casa, de tu hija, de tu familia. Elegiste otras cosas.

Toda elección implica una perdida. Y a Paul esta vez te lo perdés.

Llegás, digo, a tu casa. Y llegan tu hermano y su novia, a darle un regalo a tu hija. Tu vieja insistió en que los vieras, "tu hermano me dijo que tiene que hablar con vos". Pero no sospechaste de eso. Capaz un poco si de tu hermana, cómplice a la distancia, que no fue muy circunspecta que digamos. Pero nada. Llegás. Dia normal.

Tu hermano le da un set de mate a tu hija. Se pone a cebar mate imaginario la loquita, y a convidarle a todos. Y a vos, tu hermano te da un papel.

Un papel con el resumen de la operación de Ticketek. Con tu campo para ver a Paul.

Te acordás de la primera cancion de los Beatles que escuchaste (She loves you?). Te acordás de tu hermana que está lejos. Te quedás como un salame, quieto, mientras tirás una jodita para el video que filma tu cuñada.

Reaccionás tarde. Te das cuenta de que esta gente se enteró de que no te alcanzaba y se lanzó a un complot internacional para conseguirte la entrada. Que te quieren tanto como para, no comprarte la entrada; sino como para llamarse por teléfono, combinar la compra, venirse a tu casa, mentirte descaradamente para mantener la sorpresa, hacer un papel alusivo (ver foto).

Piensan en vos. Las personas que te quieren piensan en vos. Capaz no les alcanzaba para la entrada y te compran una remera, no sé. La entrada es lo de menos.

La plata se me va a acabar. Me voy a perder muchos más recitales. Pero hasta el último minuto de mi vida voy a tener gente que piensa en mi. Qué fortuna!

martes, 29 de marzo de 2016

Oh, NU!!

Ay, ay, ay... parece que desde la Varietè no logramos hacer mella.

Como quienes leen saben, en la Varietè nos parece que la ONU es, básicamente, un cúmulo de buenas intenciones. Caras, timoratas, pero buenas intenciones.

No recordamos una decisión de la ONU que haya sido vinculante y respetada. Repasamos hace un tiempo acá los bienintencionados fracasos de la entidad.

(No olvidamos que hay campañas que son importantes que salen de la ONU. Pero son cosas como "démosle de comer a los niños hambrientos", nadie puede estar en desacuerdo. La ONU nunca dirime en verdaderos conflictos).

Llega ahora el momento del fallo que el equipo técnico de la ONU hizo sobre la plataforma continental argentina. Transcribo:

"El fallo, que sienta un importante precedente histórico, lo determinó la Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental, un órgano científico integrado por 21 expertos internacionales de reconocido prestigio y creado por la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar. La medida se adoptó por consenso el 11 de marzo pasado en una reunión reservada sobre las recomendaciones presentadas por la Argentina desde 2009".

Básicamente el fallo extiende el territorio de la Argentina hasta incluir las Islas Malvinas, Sandwich, Georgias y Orcadas del Sur.

Más basicamente, la ONU DICE QUE TODO ESO ES TERRITORIO ARGENTINO. Fin.

Ahora bien, oh sorpresa cuando entré en internet para ver si podía comprarme un terrenito en Puerto Stanley y me encontré con esto:

"Reino Unido remarcó que el fallo de la ONU sobre la extensión territorial de la Argentina "no es vinculante"

Los isleños, por su parte, remarcaron algo que es cierto, y es que la Comisión no se pronunció sobre ciertos temas como las Malvinas, que están en disputa soberana.

O sea: todo el territorio alrededor de las islas es argentino. El mar es argentino. El lecho y subsuelo son argentinos. Argentina es el país que más escandalosamente cerca está de las islas. Pero las islas son británicas.

Supongo que esta disputa se acabará el día que a algún país con menos apego por las disposiciones bilaterales internacionales se le antoje establecerse en Malvinas. Mientras tanto, no creo que la ONU haga nada al respecto.



miércoles, 23 de marzo de 2016

Vida

Conocen a Hernán Casciari? Googleen.

Hoy leí esta historia que subió a su blog. Y no pude evitar sentirme tocado.

"Toda la música que te hizo creer en algo cuando fuiste joven es la mejor música que existe" es una de esas frases que uno hubiese querido escribir. Es una frase de doble filo, porque te deja decir que toda tu música es la mejor, y a los demás también. Nada impide que la use un fan de Arjona, con el mismo sentimiento.

¿Se puede explicar la vida en canciones? ¿Puede usted elegir 10, 12 temas, una hora de música, que compendie exactamente su vida? ¿Pueden ser del mismo artista?

"Me siento mucho mejor", primer canción que saqué en la guitarra. "Aprendizaje", dúo que hacíamos con mi primo porque ambos teníamos la misma versión de "Confesiones de Invierno". "Superhéroes", del primer álbum de García que tuve en mis manos, en casette, a los 8 años. "Seminare", uno de los primeros solos de viola que más o menos sabía, porque lo pedían las chicas. "No voy en tren", tema que no entendí hasta que una profesora de literatura (genia, genia) le hizo a un sorprendido Nicolás de 13 años una seña de una jeringa inyectándose en el brazo. "Los Dinosaurios", que me introdujo, de a poco, en los horrores de una dictadura que viví pero no entendí hasta después. "Para quién canto yo entonces", una belleza, que valoré gracias a un profe de historia fanático de Spinetta. "Autos, Jets, Aviones, Barcos", que me lanzó al rock progresivo aunque no lo sea. "Eiti Leda", tema con el que mi hija pateaba cuando estaba adentro de la panza, inevitablemente en el solo de bajo. "Desarma y Sangra", porque cómo no va a estar en un listado de música semejante obra maestra.

Me quedaron muchas afuera. Me siento en deuda con otros, maravillosos artistas. A lo mejor mañana armo otra lista, con las mismas o algunas otras canciones.

Los invito a recoger el guante, y a armar el listado, si tienen ganas. Y, por esta vez, si lo hacen con Arjona, están perdonados.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Sin carnet

El fallecimiento de Roberto Perfumo trajo homenajes, recuerdos, anécdotas y muchas cosas que el Mariscal nos fue dejando en su carrera deportiva y profesional.

Elegimos rescatar el final de la nota de hoy de Ezequiel Fernández Moores. Pequeño contexto:

Hace tiempo escribimos que "Cuando uno entrevista a una persona reconocida por determinadas características (...) es deseable preguntarle respecto de esas cosas, y no de aquellas en las que su opinión es igual a la del resto". Hacíamos referencia a la costumbre que tienen los colegas de consultar a cualquier personaje conocido en tanto personaje. Le preguntamos a Barovero del arreglo con los Fondos Buitres, a Stolbizer qué nos ponemos para salir a la noche, y a Obama si es Ponzio quién debe ir de 6 en el fondo de River.

O sea, fruta.

Es, claro, una costumbre propia de la fama. Se alimenta de quienes ponen el micrófono y quienes no se excusan de hablar de lo que no saben.

Pero el Mariscal lo pone en palabras, que nos parecen parte de un legado fenomenal, quizás mejor que el impresionante recorrido futbolístico:

"La fama te da carné de pelotudo".

Gracias, Roberto.

viernes, 11 de marzo de 2016

Donald, los republicanos y la pared


Los partidos políticos en  Estados Unidos se acercan a la definición de sus candidatos a presidente. La historia reciente (y no tanto) obliga al resto del mundo, y particularmente a América Latina, a mantener un ojo enfocado en los problemas propios y otro siempre en lo que sucede en el país del norte.
La carrera demócrata tiene como exclusivos contrincantes a Hillary Clinton, ex secretaria de Estado y probable candidata, y a Bernie Sanders, senador por Vermont, autoproclamado socialdemócrata, que viene sosteniéndose a base de un discurso que hasta hace algunas décadas hubiese sido sospechoso en un país históricamente impermeable a ideas de izquierda, no importa cuán moderadas sean.

Sin embargo, la primaria más atractiva (Se puede utilizar “escandalosa” “surrealista” y varios adjetivos más) se ha dado por el lado del Partido Republicano. El GOP (Grand Ole Party, apodo habitual de los republicanos) tuvo a lo largo de la carrera a 15 postulantes. Y de todos ellos, el más excéntrico, por lejos, es Donald Trump.
“Traen drogas. Traen crimen. Son violadores. Y algunos, asumo, son buena gente”.  La frase pertenece a Trump, y la pronunció en junio de 2015, en referencia a inmigrantes mexicanos, cuando anunció su precandidatura. De hecho sugirió que esto sucedía a propósito, a instancias del gobierno de Mexico.

Para ese entonces, la mayoría de los analistas políticos suponían que Trump se iba a caer con el mismo estruendo con el que se estaba subiendo al tren presidencial. Muchos pensaron que era una entretenida estrategia de marketing. Pero el chiste fue perdiendo gracia.

Donald John Trump nació en Queens hace 69 años. Su padre era desarrollador inmobiliario, y, en la década del ’70 le prestó dinero a su hijo para que siga sus pasos, pero no en su barrio, sino en Manhattan.
En épocas de campaña, la experiencia y capacidad comercial de Trump fueron cuestionadas repetidamente, y sus rivales le recordaron el préstamo de su acaudalado padre, sus problemas con el fisco, y las reiteradas bancarrotas que presentó.

Nada de esto parece importar. Trump lidera la interna republicana con una combinación de racismo, xenofobia, y nostalgia por un resplandor pasado que, aparentemente, él es el único capaz de recuperar. “Make America Great Again” (Hagamos a América Grande De nuevo) es su lema.

Antes de entrar de lleno en el discurso de Trump, vale aclarar cuáles son sus posicionesen algunos de los temas más álgidos en la agenda norteamericana.

Inmigración: En este apartado aparece la famosa muralla que Trump planea construir, con plata del Estado Mexicano. Al respecto el presidente Enrique Peña Nieto dijo que la propuesta “refleja una enorme ignorancia por lo que México representa”. Y Vicente Fox, ex presidente, dijo “No vamos a pagar por la maldita pared” (We’re not gonna pay for the f…ing Wall). Trump también propuso expulsar a 11 millones de inmigrantes, prohibir el ingreso de musulmanes y negarles a los niños nacidos en suelo americano la ciudadanía, en contra de lo provisto en las 14° enmienda.
En varios sitios se ha mencionado que, mientras Donald Trump ningunea y discrimina a mexicanos en particular y latinos en general, sus inversiones en Latinoamérica superan los US$ 3000 millones. Aparentemente, a Trump le interesa mantener a los latinos fuera de Estados Unidos, pero el dinero no tiene nacionalidades.

Armas: Trump es un defensor de la posesión de armas, y considera que los actuales chequeos de antecedentes son suficientes. Cabe recordar que Estados Unidos es, con mucho, el país desarrollado que más muertes por arma de fuego tiene año tras año.
Impuestos: El plan de Trump para recortar impuestos (un objetivo habitual entre los republicanos) es tan extensivo y profundo que algunos analistas consideran que “ni siquiera está en el universo de lo real”.

Cambio Climático: Trump lo considera un fraude (obvio). Por lo tanto es esperable que no haga nada al respecto.
Nada mencionamos respecto de seguro de salud universal, derechos laborales para madres y padres, diferencia racial ante la ley, y demás cuestiones que pueblan la agenda estadounidense pero que no han recibido mayores propuestas del lado republicano. Tampoco señalamos lo sucedido recientemente, cuando David Duke, Gran Mago del Ku Klux Klan, llamó a votar por Trump, y Trump, en lugar de ofenderse y rechazar el apoyo, dijo "yo no se nada de David Duke". (Luego trató de excusarse)
A pesar de esto, y de constantes contradicciones en su discurso, “The Donald” se mantiene como líder en las primarias republicanas, con 459 delegados contra 360 de su perseguidor, Ted Cruz ¿Cómo se explica que el primero (y el segundo) candidatos a la presidencia republicana sean tipos que no tienen el apoyo de las elites del GOP?

Indignación. Esa es la palabra. Una gran parte de los norteamericanos está indignada. Pero a diferencia de los indignados de Occupy WallStreet, estos indignados no piensan en términos ideológicos, sino que simplemente tienen nostalgia por el país “como era antes”. Y Trump les está vendiendo eso. De hecho, varios países europeos vieron, con la crisis de 2008, una situación parecida. Crecimientos por “izquierda” y por “derecha” (las comillas no relativizan los conceptos per se, sino la pertenencia de tales levantamientos a uno u otro).

 Y entonces, ¿que nos toca?

Evidentemente, los comentarios de The Donald respecto de América Latina no sugieren nada demasiado alentador. Si bien no hizo referencias a políticas específicas, se desprende de su discurso que no está dispuesto a hacerle favores a nadie, ni a China, ni a Europa, ni mucho menos a América Latina. Por otro lado, es difícil compararlo con republicanos anteriores, ya que Trump no es un caso típico.
El Wall Street Journal, insoslayablemente republicano, comparó a Donald Trump con un caudillo latinoamericano. “El manualpolítico de Trump está sacado de la Latinoamérica del Siglo XX”, expresó Mary Anastasia O’Grady, columnista estrella, sin esconder el desprecio que el establishment del GOP tiene por los líderes latinos.

En la otra vereda, Rafael Correa, presidente de Ecuador, dijo hace poco que el triunfo de Trump convendría, ya que su discurso “tan torpe”  “despertaría una reacción”. La apreciación de Correa apunta a una retracción que los procesos populares están teniendo en América Latina, y a que una presidencia Trump podría volver a incentivar el descontento popular a la luz del probable maltrato que The Donald le propinaría a la región.

Sin embargo, vale preguntarse: ¿Será esto así? ¿O acaso una Casa Blanca conservadora y gobiernos afines en América Latina no se potenciarán mutuamente?