jueves, 3 de septiembre de 2015

Autos areneros

"El nene y su papá caminan por la playa. Están buscando una madera, de esas planas, que sirven para hacer las pistas en las que luego correrán, saetas, los autos areneros. El nene prefiere el Lotus, negro. El papá agarra el que quede.

Buscan la madera por la playa, caminan quizás 2 km, casi hasta el muelle, y finalmente la encuentran. En el camino el nene chapotea en las olas del mar frío, amarronado, interminable. La playa de la primera tarde (capa de ozono?) se empieza a llenar de fiambre, sobres de mayonesa, sánguches y vendedores ambulantes.

Vuelven y se arma la pista. Como siempre, al final, una rampa, hecha con la misma madera. De repente el sonido del mar se oculta, y rugen los motores. Bandera a cuadros!

Corren hasta que el calor los empuja al agua. El papá se meterá primero cerquita, para nadar con el nene, y luego bien profundo, mientras su hijo imagina el día que sea hombre y pueda nadar tan lejos".


(Confieso que no pude mirar la foto del nene sirio muerto. Me llena de tristeza, de terror, de impotencia, de culpa. Me dio por pensar en las únicas actividades que los niños deberían hacer en la playa...)


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