sábado, 12 de mayo de 2007

Lo que no cuentan las canciones 2

Uno de los temas más simbólicos de la discografía de Silvio Rodríguez es, sin dudas, Ojalá. No hay una sola vez en que alguien la cante y los demás presentes no intenten reproducir el mágico estribillo.

Mucho se ha dicho de esta canción. Que se la dedicaba al Che, a la revolución, y muchas cosas más. Silvio mismo se encarga de dirimir la cuestión: «Ojalá yo la compuse a una mujer que fue, podríamos decir, mi primer amor. Fue un amor que tuve cuando estuve en el ejército, haciendo mi servicio militar. La conocí cuando tenía 18 años, fue el primer amor que me enseñó cosas. Era una muchacha mucho más evolucionada que yo, mucho más inteligente, más culta. Me enseñó, por ejemplo, a César Vallejo. Después nos tuvimos que separar, estaba estudiando medicina y en fin, no le cuadró. No sé por qué estudió medicina, cosa loca de ella, en realidad siempre fue de letras. Después estudió letras, se fue a su pueblo Camagüey, a estudiar eso y yo me quedé solo aquí en la La Habana, totalmente desolado. Pasaron los años y el recuerdo de aquel amor tan bonito, tan productivo, tan útil (ojo, no confundir con utilitario), enriquecedor, de aporte a uno... pues, estaba obsesionado yo con esa idea. Y porque fue un amor frustrado, tronchado por las circunstancias, por la vida, no fue una cosa que se agotara, pues se me quedó un poco como un fantasma y por eso compuse esta canción en un momento quizás de delirio, de arrebato, de sentimiento un poco desmesurado: ojalá esto, ojalá lo otro...»

"Ojalá que no pueda tocarte ni en canciones".
Salud.

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