miércoles, 27 de abril de 2016

Vengan de a Uno folklórica

Somos una generación de rock. Ya lo dijimos en otras entradas. Pero nuestra música no era, muchas veces, la que se escuchaba en nuestro hogar. Nuestros viejos manejaban el tocadiscos (niños, googleen) y solía haber un solo artefacto que reprodujera música (niños, no se asusten). Por lo que, habitualmente, teníamos que negociar para colar los cassettes de Charly

Muchas familias porteñas tenían al tango como principal alimento musical. La banda sonora de mi familia, en cambio, era folklórica.

Ya conté que "Lloraré", de Cuchi Leguizamón, fue la primer canción que me enseñó mi vieja en la guitarra. El Folklore fue la puerta que se me abrió más temprano a la música, junto, quizás, con un cassette de Carlitos Balá y otro de los Pitufos.

Otros habrán reaccionado en contra de la música de la casa familiar. Pero, vaya a saber por qué, a mi empezó a gustarme.

De a poco empecé a sacar por mi cuenta canciones de Los Chalchaleros, conjunto folklórico de cabecera en casa. Se sumaron muchísimos otros, los más clásicos, desde Atahualpa Yupanqui a Los Quilla Huasi. Y después, algunos profesores me pasaron cosas de Pedroni, de Isella, de Zitarrosa, el folklore más "combativo", si se quiere.

Encontré folklore en muchos lados. En León Gieco, en Divididos, en Lito Vitale, en Spinetta. Me ayudó a entender como interactúa la música, como los estilos se fusionan, más en estas épocas en que todo está inventado.

Así que este VDU folklórico y autobiográfico viene con una chacarera. Interpretada en vivo por un especialista, de célebre familia folklórica, junto a una de las mejores voces que ha dado la Argentina, sin ninguna duda.

Embrujo de mi tierra, Peteco Carabajal y Jairo.

Y si no les gusta, VDU

https://www.youtube.com/watch?v=shVIqrfxyjM

viernes, 8 de abril de 2016

I've got a feelin




Llegás de la oficina un día cualquiera. No mucho laburo, el derroche de tiempo de siempre en el viaje de vuelta, esperando ver a tu hija y a tu vieja, que la está cuidando.

Toca Paul McCartney en dos meses. Pero sabés que no vas a ir. La más barata sale luca 300, más costo, más viaje; olvidate. Tenés otros gastos. Gastos que, ojo, querés hacer. Cosas de tu casa, de tu hija, de tu familia. Elegiste otras cosas.

Toda elección implica una perdida. Y a Paul esta vez te lo perdés.

Llegás, digo, a tu casa. Y llegan tu hermano y su novia, a darle un regalo a tu hija. Tu vieja insistió en que los vieras, "tu hermano me dijo que tiene que hablar con vos". Pero no sospechaste de eso. Capaz un poco si de tu hermana, cómplice a la distancia, que no fue muy circunspecta que digamos. Pero nada. Llegás. Dia normal.

Tu hermano le da un set de mate a tu hija. Se pone a cebar mate imaginario la loquita, y a convidarle a todos. Y a vos, tu hermano te da un papel.

Un papel con el resumen de la operación de Ticketek. Con tu campo para ver a Paul.

Te acordás de la primera cancion de los Beatles que escuchaste (She loves you?). Te acordás de tu hermana que está lejos. Te quedás como un salame, quieto, mientras tirás una jodita para el video que filma tu cuñada.

Reaccionás tarde. Te das cuenta de que esta gente se enteró de que no te alcanzaba y se lanzó a un complot internacional para conseguirte la entrada. Que te quieren tanto como para, no comprarte la entrada; sino como para llamarse por teléfono, combinar la compra, venirse a tu casa, mentirte descaradamente para mantener la sorpresa, hacer un papel alusivo (ver foto).

Piensan en vos. Las personas que te quieren piensan en vos. Capaz no les alcanzaba para la entrada y te compran una remera, no sé. La entrada es lo de menos.

La plata se me va a acabar. Me voy a perder muchos más recitales. Pero hasta el último minuto de mi vida voy a tener gente que piensa en mi. Qué fortuna!